José Enrique Sobrero Bosch, SDB
Y hay que subrayar que este modo de ser, este estilo de vida, está definido y marcado por la experiencia del Bautismo y del seguimiento a Jesús.
Los componentes de la comunidad religiosa se manifiestan en dos formas: la clerical y la laical. Cada uno vive un estilo de vida ya sea como sacerdote ya sea como laico, pero dos viven una vocación particular que se denomina vocación salesiana. Ambos son religiosos, consagrados y se complementan en la vida común, en la misión y en el testimonio de los Consejos Evangélicos de obediencia, pobreza y castidad.
El Salesiano Coadjutor es, por tanto, una persona consagrada, un religioso laico, que vive en la comunidad religiosa junto con sacerdotes o diáconos salesianos. Los Coadjutores y los Sacerdotes trabajan juntos, oran juntos, viven juntos en comunión desde su consagración religiosa, en un único compromiso que es la perfección del Bautismo. Debemos destacar esta complementariedad deseada por el mismo Don Bosco quería. Si consideramos por separados la visión de la vida Salesiana Consagrada pierde su sentido.
El Salesiano Coadjutor profesa una vida religiosa rica de fe, de afecto, de alegría y de humildad en las diversas tareas que le confían y que lleva a cabo.
El Salesiano Coadjutor es portador de un secularismo, que se encuentra atento en los detalles de la vida cotidiana. Estos detalles de servicio y buen humor ayudarán a cada miembro de la comunidad a desempeñar su papel con más tiempo y dedicación. Así, por ejemplo, el sacerdote estará siempre disponible para predicar, celebrar y cuidar de las almas.
El Salesiano Coadjutor se presenta como un signo de fraternidad en la comunidad - esta es su contribución más evidente. Los jóvenes y los laicos lo perciben como una persona dedicada a los compromisos profesionales y pastorales.
Un joven me dijo una vez: “El Salesiano Coadjutor es la persona que está sentada a nuestro lado en la Misa”. Me hizo pensar que la consagración del laico salesiano le permite entregarse a todos, en cualquier lugar y en cualquier momento. Esta disponibilidad, que nace del encuentro con Jesús y vuelve siempre a Él, es un signo de servicio y complementariedad con los demás miembros de la comunidad pastoral y educativa salesiana.
El Salesiano Coadjutor es una persona que se descubre en la vida cotidiana, en el trabajo y en la oración.