¿Qué te inspiró a llevar el modelo "Cristo Rey" a Tampa?
Don Bosco siempre fue innovador en la búsqueda de formas creativas de educar y evangelizar a los jóvenes, especialmente a los más necesitados. Al comenzar la primera escuela de “Cristo Rey” hace 23 años, el P. John Foley, un jesuita, llevó la misma pasión a un nuevo tipo de escuela secundaria en Chicago. A partir de ahí, se convirtió en un modelo que podía replicarse en todo Estados Unidos y llevarlo a Tampa era perfectamente lógico, se ajustaba perfectamente a la misión salesiana ya que teníamos un campus extraordinariamente hermoso para albergarlo.
¿Qué recuerdas con más placer al empezar la escuela?
En todas las circunstancias, Dios abrió las puertas correctas para llevar la escuela “Cristo Rey” a Tampa. Es el Señor quien nos regaló todo: la ayuda de la gente, la financiación, los estudiantes, los administradores, los educadores...
¿Qué debemos seguir valorando de “Cristo Rey” de Tampa?
Una fuerte cultura de fe y práctica del estilo, método y espiritualidad de Don Bosco. Pero igualmente importantes son los aspectos prácticos, como una junta directiva válida del instituto, empresa apasionante, deseos de dar oportunidades a nuestros estudiantes, educadores motivados y capaces de motivar, benefactores disponibles y, finalmente, los estudiantes tienen ganas de recibir una educación católica de nivel y están dispuestos a sacrificarse para obtenerla.
¿Cuál es la relación entre la escuela y los ciudadanos de Tampa?
El “Cristo Rey” de Tampa es un punto de referencia de las familias necesitadas de Tampa. Nuestros estudiantes y sus familias son enviados a un futuro brillante gracias a esta escuela. En el campus experimentas alegría, el espíritu de familia, conoces a excelentes estudiantes y todos están satisfechos y preparados cuando llegan a la universidad.
¿Una palabra para describir este trabajo?
Es un milagro.