Una de las más bellas frases de Don Bosco para expresar su amor por los jóvenes y los principios básicos de su sistema educativo fue: “Le prometí a Dios que hasta mi último aliento sería para los jóvenes”. “Por ustedes trabajo, por ustedes estudio, por ustedes vivo, por ustedes estoy dispuesto a entregar hasta mi vida”.
El “Yo para ustedes estudio” de Don Bosco Cinecittà, hecho por nosotros a modo “moderno y juvenil” en el proyecto “XteStudio”, es un servicio que nació operacionalmente en febrero de 2017, pero en mente y corazón desde septiembre de 2016, cuando, dos días después de la graduación, recibí una llamada telefónica del Oratorio Salesiano que me propuso trabajar en un nuevo proyecto.
Acepté porque mi camino de estudio nació del deseo de dedicarme a los jóvenes de mi barrio, habiendo asistido al oratorio y a la escuela junto con los compañeros que vivieron las grandes heridas en la familia y en su contexto.
El proyecto “XteStudio” se convirtió para mí en el servicio al que me llamaron, aunque yo tenía otras propuestas de trabajo bien remuneradas, pero sabía que esas horas pasadas eran lo que tenía que hacer por mi persona, mis estudios, mi corazón y mi amor por mi vecindario. Siempre trabajé en el oratorio como animador, pero aquí sabía que mi profesionalismo y mi deseo de dedicarme a los muchachos de manera más específica.
El proyecto “XteStudio” fue creado para responder a una fuerte necesidad del vecindario que observa a muchos muchachos en riesgo de dispersión y abandono escolar debido a dificultades de aprendizaje y sobre todo debido a una fuerte situación de incomodidad en sus familias. Una vez que el muchacho es bienvenido, comienza a formar parte de una familia real con personas con quienes abrirse, contar, jugar, con quienes tomar esta parte de su viaje en sus vidas. Hemos visto cómo el amor gratuito reaviva a los niños en la despreocupación y en la alegría que deben vivir sus años.
Este servicio sin duda me ha ayudado en la conversión del corazón. Quien siempre me ha guiado es el Señor, que inmediatamente me hizo comprender que los 12 muchachos y los 20 voluntarios son parte de un Dios que los quiere.
