Con el apoyo de una Universidad se permitió presentar una propuesta de alianza estratégica y trabajo en conjunto entre la “Universidad Mesoamericana” con en San Pedro Carchá y la Fundación “Talita Kumi”. “Talita Kumi” es la expresión inspiradora de un proyecto educativo pastoral aplicado en la misión salesiana de Carchá, en Guatemala. El P. Jorge Puthenpura, de la India, tuvo la audacia de “inventar” un modelo de vida religiosa femenina dentro de la cultura indígena local, la cultura qeqchí. En ese contexto viven las religiosas que conservan el carisma en moldes propios de la cultura local.
Fue un día histórico para el inicio de la aventura en Educación Superior que, con menos de cuatro años de existencia, está creciendo con un ritmo sorprendente. De los 44 estudiantes que se iniciaron en el 2015 se ha pasado a tener 564 inscritos el 2018. Se ha constatado un promedio de 1,400 % de crecimiento.
La “Universidad Mesoamericana” inició los estudios de Pedagogía. Al año siguiente se agregó Administración Educativa y Ciencias de la Educación. El tercer año se abrieron las carreras de Trabajo Social y Educación Primaria Bilingüe. En su cuarto año se creó la ingeniería en Agronomía.
Aunque en la cercana ciudad de Cobán funcionan cuatro extensiones universitarias, el P. Puthenpura intuyó que había un espacio para este audaz proyecto: una oferta de educación superior para cubrir las necesidades de la región. En efecto, el gobierno no ofrece una propuesta educativa universitaria ya que la mayoría de la población vive trabajando la tierra y cultivando su campo.
La filosofía que sustenta este innovador proyecto de Educación Superior se basa en el Espíritu Salesiano, que se orienta a la promoción humana y cristiana de los jóvenes, tanto de quienes asisten a sus aulas como de quienes serán beneficiados por el influjo de los profesionales que se formarán en el lugar.
La Universidad Mesoamericana presente en San Pedro Carchá es parte importante de un proyecto mucho más ambicioso y grande: “Talita Kumi”, que lleva años promoviendo el protagonismo de millares de mujeres indígenas, y que se ha ido extendiendo a los departamentos de Quiché, Izabal, Petén y Alta Verapaz.