Hoy el régimen de apartheid que separaba a blancos y negros en Sudáfrica ya no existe. Fue sepultado por la evidencia de lo absurdo. Pero en todo el Continente Negro todavía hay muchos problemas que comprometen el desarrollo natural de los niños africanos, en primer lugar, la pobreza.
Los salesianos y otros grupos de la Familia Salesiana trabajan en muchos países africanos, comprometiéndose a dar nuevas esperanzas a los niños y jóvenes, especialmente a los más desfavorecidos.
Un ejemplo hermoso son las Hijas de los Sagrados Corazones de Jesús y María, el octavo grupo de la Familia Salesiana, que trabajan desde 1987 en una de las regiones de Guinea Ecuatorial, entre exuberantes montañas y cascadas espectaculares, donde fundaron una misión que dieron el nombre de la Inmaculada y que pronto se convirtió en un punto de referencia para todos los niños y niñas de la zona.
Inicialmente los jóvenes comenzaron a asistir a la guardería iniciada por las hermanas y llegaban unos 50 niños que participaban. Actualmente son casi 300. Las misioneras cuidan de los niños y niñas que llegan. Muchas de estas criaturas pertenecen a familias muy pobres, y a través de la atención educativa primaria que necesitan, se les regala amor y alimentación.
La guardería funciona de 7:30 a 13, según los programas ministeriales. Por las tardes la misión organiza actividades de juego, intercambio y oración según el Sistema Preventivo Don Bosco.
Además de los momentos de juego, de formación, educación y oración, las misioneras ofrecen a los niños una comida completa al día. En un contexto de gran pobreza, el abandono, las enfermedades (VIH, el paludismo, la malaria, la fiebre tifoidea) la oferta de una dieta equilibrada desde un punto de vista nutricional sería para 119 niñas y 161 niños que participan en el proyecto, que es una garantía contra la desnutrición y, los déficits físicos y cognitivos.
Para obtener mayor información, visite: www.missionidonbosco.org