El día de ayer, 13 de junio se presentó el mensaje ofrecido por el Papa para esta jornada. Un mensaje que se divide en dos partes, como subrayó en rueda de prensa Mons. Rino Fisichella, Presidente del Consejo Pontificio para la Promoción de la Nueva Evangelización. En la primera parte, inspirado en el reclamo del Salmo “Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha” (Sal 34,7), se hace hincapié que el grito de los pobres no puede ser indiferente a la Iglesia, y que en su lugar se llama a escribir nueva páginas de "fantasía de la caridad cristiana" emergente, ya que en el pasado numerosos santos y santas han logrado escribir.
La segunda parte, se refiere a un término muy de moda actualmente, pero restituido en su significado original: “compartir”. Es un significado que no se limita a los gestos improvisados, sino que toca profundamente la vida de los pobres y de aquellos que ayudan: “un compartir que se convierte en un estilo de vida”.
“El Papa quiere que todos los cristianos tomen conciencia de la necesidad de encontrar y tocar a Cristo en la carne de los pobres”, concluyó Mons. José Octavio Ruiz Arenas, secretario del Consejo Pontificio para la Promoción de la Nueva Evangelización. “Sin la opción preferencial por los más pobres, el anuncio del Evangelio, aun siendo la primera caridad, corre el riesgo de ser incomprendido o de ahogarse en el mar de palabras al que la actual sociedad de la comunicación nos somete cada día”.
Como gestos concretos de amor a los pobres, el Papa sugiere realizar con motivo de la Jornada Mundial de los pobres, invitar a los fieles y parroquias para crear “momentos de encuentro y amistad, de solidaridad y ayuda concreta”; invita a los pobres y a los voluntarios participar juntos en la Eucaristía dominical; y darles la bienvenida “como huéspedes privilegiados en la mesa”.
El texto completo del mensaje papal se encuentra disponible en la página web de la Santa Sede.