Los limitados recursos de los Salesianos no son suficientes, pero están sirviendo para paliar la situación de hambruna declarada en diversas zonas de Sudán del Sur. Cientos de familias acuden a las obras salesianas en busca de refugio y comida ante la imposibilidad de sentirse seguros en medio de la violencia y no poder comprar alimentos por la elevada inflación y la sequía.
La atención a los desplazados que huyen de la violencia en busca de seguridad en sus instalaciones y de comida para alimentar a sus hijos, es la principal prioridad de los misioneros salesianos en los últimos años, y la situación se ha agravado en las últimas semanas por la hambruna declarada.
“Nuestra comunidades salesianas trabajan con esfuerzos por atender a todos – asegura el P. Shyjan, ecónomo Inspectorial – lamentablemente se cerró temporalmente la presencia salesiana en Morobo, debido a la violencia, a los saqueos y a la destrucción de nuestra obra”.
“En Gumbo tenemos dos campos de desplazados internos que tienen capacidad para 1.000 familias (aproximadamente 10.000 personas), pero también asistimos a cientos de familias que están muriendo de hambre debido a la crisis. Nuestros centros Mori, Mafao, Mogri, Belyngang y Niseethy también tienen necesidad de ayuda constante, porque los precios de los alimentos han aumentado a 1.000% y es imposible que las personas compren ni siquiera lo indispensable”, asegura el misionero salesiano.
Los Salesianos también atienden en Wau a miles de desplazados internos que huyen de la violencia. “En nuestro recinto de la iglesia tenemos a más de 2.500 personas acogidas y nuestra parroquia también llega a los miles de desplazados en varios lugares dentro de la ciudad”, asegura el P. Shyjan.