El 26 de noviembre de 2016 en Namtu, los conflictos entre las facciones armadas de diferentes grupos étnicos y del ejército gubernamental se ha intensificado: el pueblo Bang Wa, que forma parte del territorio de la Parroquia Salesiana y donde la mayoría de la población es católica, ha sido duramente golpeada y los más vulnerables han sido las mujeres y los niños. Asustados por los combates, muchas personas huyeron y alrededor de 160 de ellos, incluyendo a 50 niños, han encontrado refugio en la Parroquia Salesiana.

La Comunidad Salesiana se encontró inesperadamente para hacer frente a una afluente y masiva cantidad de personas totalmente necesitadas, que han tenido que abandonar sus hogares, justo en el momento de las cosechas. Algunas de estas personas fueron heridas por los combates, todos estaban asustados y traumatizados por los disparos y las explosiones, especialmente los niños.

La condición de precariedad e incertidumbre continuó en las siguientes semanas. “Mientras que en muchas partes del mundo se celebraba la Navidad, hemos vivido en la ansiedad y en el miedo. La paz es todavía un sueño a realizar”, comentaron muy tristes los salesianos del lugar.

Actualmente el número de refugiados que reciben los hijos de Don Bosco se ha reducido a 120, incluidos 45 niños, que están alojados en una estructura de la parroquia, directamente bajo el cuidado de la comunidad salesiana de Namtu. La población aún no se siente segura de regresar a sus aldeas, mientras que por otra parte se constata que los cultivos se han perdido por completo o se han quemado.

A pesar de que muchas casas fueron destruidas por las bombas y granadas, la Comunidad Salesiana agradece a Dios por haber preservado al menos la capilla del pueblo y la gruta dedicada a la Virgen María.

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