RMG - 25° de la venerabilidad de mons. Vincenzo Cimatti

21 Diciembre 2016

(ANS - Roma) - "Entre los que se han distinguido por el celo con el que han cooperado en la misión evangelizadora de la Iglesia, merece ser contado el sacerdote Vincenzo Cimatti, el cual, puesto al completo servicio de Cristo, dio testimonio con la excelencia de sus virtudes y con el fervor de su apostolado". Así está escrito en el Decreto de venerabilidad de mons. Vicente Cimatti, promulgado por el Papa Juan Pablo II el 21 de diciembre de 1991.

Vincenzo Cimatti proviene de una familia de santos: él es venerado; la hermana, Sor María Raffaella, de la Congregación de las Hermanas Hospitalarias de la Misericordia, fue beatificada; Luis, Salesiano Coadjutor, misionero en América Latina, murió con olor a santidad.

Nacido en Faenza el 15 de julio de 1879, a los tres años Vincenzo ya había perdido a su padre. Salesiano a los 17 años, sacerdote a los 24, recibió su diploma de composición en el Conservatorio de Parma, y la Licenciatura en Agricultura, en Filosofía y Pedagogía en Turín. Sin embargo, él dijo: "Yo le daría a todos mis títulos y diplomas para merecer la gracia de ser misionero."

Sin embargo, durante casi dos décadas tuvo que permanecer en Turín. Desempeñó con plena dedicación varios roles: consejero escolar, maestro, profesor de música, director de la oratorio, director de escuela, director de la comunidad de Valsalice, dedicada a la formación de los clérigos. Ejerció una profunda influencia en sus estudiantes, que siempre le tuvieron una gran estima.

En la Navidad de 1925, el entonces Rector Mayor, Don Felipe Rinaldi, lo envió como líder para fundar la misión y la obra salesiana en Japón. Allí trabajará 40 años. Conquistado los japoneses con el talento artístico y más aún con la bondad: dirigió conciertos con gran éxito, se dirigió hacia los pobres, los niños, los ancianos, los enfermos. Con pocos recursos y dificultades de todo tipo se llevó a cabo en el nuevo entorno con entusiasmo, celo, la prudencia y la caridad pastoral.

Amaba a Japón como su segunda casa y asimiló las costumbres. Abrió orfanatos, oratorios, escuelas técnicas, una editorial. En 1935, la misión de Miyazaki-Oita fue erigida como Prefectura Apostólica y Don Cimatti convirtió en el primer superiore. Pero, a sus amigos que le habían enviado desde Italia el kit de "Monseñor" les envió de vuelta todo: "Véndanlo y me envían el dinero para mis pobres".

Más tarde se convirtió en inspector. Después de la prueba de la guerra, se reconstruyó con valor redoblado. Luego se retiró para dar paso a los jóvenes. Murió a los 86 años, el 6 de octubre de 1965. Él dijo: "Quiero morir aquí para convertirse en tierra japonesa".

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