Ofició la inauguración y la bendición del campo el Nuncio Apostólico para Liberia, Sierra Leona y Gambia, Monseñor Walter Erbi. Luego siguieron los primeros partidos de los equipos de fútbol, baloncesto y voleibol.
Tras la ceremonia de premiación de estos primeros torneos, el espacio se transformó en una pista de baile, con grupos musicales locales que tocaron y permitieron a los vecinos adyacentes a la cárcel sentir la alegría de los detenidos por la nueva arena.
La realización de este campo multifuncional fue posible gracias, en primer lugar, al benefactor alemán Peter Friemel, quien inicialmente se movió de manera totalmente autónoma: desde hace años, de hecho, sube a su bicicleta y recoge dinero de patrocinadores y donantes durante sus recorridos. El octogenario alemán ha acumulado ya 200 mil euros. Al mismo tiempo, el Director de la comunidad salesiana, el Padre Augustine Okeke, expresó su agradecimiento al Superior de la Inspectoría de África Occidental Sur (AOS), el Padre Denis Soro SDB, por el gran apoyo y el estímulo dado a los Salesianos que trabajan dentro de la cárcel.
La prisión central de Monrovia está constantemente sobrepoblada debido a los tiempos de la Magistratura. Aunque fue diseñada para albergar hasta trescientos veinticinco detenidos, hoy alberga a más de mil quinientos prisioneros hacinados en sus estrechas celdas. El hacinamiento de la prisión central implica, en consecuencia, también la escasez de alimentos y agua, de normas higiénicas y de apoyo psicosocial.
Estos factores llevan a un aumento de la agresividad y la frustración entre los detenidos, con enfermedades y lesiones físicas y mentales. Hasta ahora, no había otras oportunidades de practicar deportes en el área restringida de la prisión, mientras que la nueva arena está destinada principalmente a promover el deporte y, a través de él, la salud y la socialización.
Los salesianos trabajan en el área socio-pastoral de la cárcel desde que llegaron a Liberia, en 1979. Hoy operan allí diariamente, desde la mañana hasta la noche, con un programa diversificado. Los detenidos malnutridos reciben una comida caliente y nutritiva, los enfermos reciben asistencia médica, los niños y jóvenes detenidos reciben asistencia psicosocial en un área habitacional especialmente construida, y aquellos que están detenidos injustamente reciben asistencia legal gratuita por parte de abogados. Particularmente importante, sin embargo, es la oferta pastoral, fuertemente orientada a la situación y las necesidades de los detenidos: conversaciones individuales y grupales, encuentros bíblicos, oferta de los Sacramentos de la Eucaristía y la Reconciliación y momentos de oración ecuménica.
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