Cerca de unos 600 000 niños siguen necesitando asistencia humanitaria porque están agobiados por enfermedades, hambre y desnutrición, dijo hoy del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef). Por otro lado, las escuelas han sido dañadas y otras siguen siendo hogares para las miles de familias que han perdido todo.
Los Salesianos en Haití siguen ayudando con el apoyo de las “Procuras Salesianas”. La mayor parte de las ayudas conseguidas irá destinada a los programas de recuperación de la población, de sus viviendas y al trabajo educativo con los menores.
La presencia de los misioneros salesianos en Los Cayos, una de las zonas más afectadas por el huracán, ha sido decisiva para poder atender a la población desde el primer momento. La infraestructura creada después del terremoto de 2010 y la coordinación de la Fundación Rinaldi han contribuido a que la respuesta haya sido efectiva y eficaz en el reparto de la ayuda alimenticia, agua y bienes de primera necesidad durante este primer mes de emergencia.
Misiones Salesianas y su ONG Jóvenes y Desarrollo ya han conseguido, gracias a la generosidad de los donantes y colaboradores, casi 500.000 euros, y han enviado ya un tercio de esa cantidad para poner en marcha los proyectos más urgentes.
El resto del dinero conseguido irá destinado a los otros tres grandes proyectos de reconstrucción: viviendas, material agrícola y becas de estudio y formación para menores y jóvenes.
“La segunda fase será la creación de un comedor para proveer comidas calientes para todos, pero especialmente para los niños y jóvenes que acceden a nuestros programas educativos”, asegura el padre Jean Paul Mesidor, superior de los Salesianos de Haití.