El Padre Hamasaki nació el 12 de diciembre de 1968 en Tabira, Japón, en la diócesis de Nagasaki, e ingresó al noviciado salesiano de Tokio-Chofu en 1989. Allí emitió su primera profesión religiosa el 24 de marzo de 1990 y la perpetua el 25 de marzo de 1996. Fue ordenado sacerdote el 9 de octubre de 1999 en Tokio-Suginomi.
Después de la formación inicial, ha servido a la Inspectoría en diversos ministerios, ocupándose de la formación, la escuela, la parroquia en diferentes comunidades y diócesis. Ha sido miembro del Consejo Inspectorial durante muchos mandatos, asistiendo a los Superiores en la animación y el gobierno.
Trabajó primero como encargado y luego como director de la casa de Yokkaichi (de 2000 a 2012, en total), luego en Miyazaki hasta 2021, desempeñando roles como director, párroco, vicario y ecónomo en diferentes momentos. Después de dos años como párroco (2021-2023) en la parroquia de Tokio-Yotsuya, desde abril pasado ha vuelto a ser párroco en Miyazaki.
A nivel inspectorial, ha servido como Delegado de Pastoral Vocacional (2004-2012), Pastoral Juvenil (2006-2012), Parroquias (2006-07), Voluntariado (2006-07), Hijas de María Auxiliadora (2006-07), Familia Salesiana (2006-09) y Escuelas (2018-23).
Actualmente, aunque la Iglesia católica en Japón es una pequeña minoría (0.3% de la población), la Inspectoría de Japón realiza un servicio significativo para los jóvenes y la Iglesia Católica. Administra, junto con laicos, diversas escuelas de renombre nacional (desde jardines de infantes hasta escuelas primarias, secundarias y un instituto técnico); también anima varios servicios sociales en dos centros para jóvenes en dificultad; y la Iglesia también ha confiado a los salesianos un número de parroquias, principalmente multiculturales, para servir a los católicos japoneses y a las comunidades católicas inmigrantes de países como Brasil, Perú, Filipinas y Vietnam.
Dado que la sociedad está experimentando rápidos cambios demográficos y económicos, con una población en descenso y cada vez más envejecida, y con un mayor número de jóvenes inmigrantes (casi la mitad de la población católica no es de origen japonés), la Inspectoría de Japón (con setenta salesianos) espera colaborar estrechamente con la Iglesia, la Congregación Salesiana y la Región de Asia Este-Oceanía para ofrecer un mejor servicio a los jóvenes en su amado país.
