El nuevo temblor se produjo en Turquía, alrededor de las 19.00 hora local, en la zona de Antioquía, con epicentro en Hatay. Hasta el momento hay seis muertos más y unos 700 heridos, personas que fueron golpeadas por edificios u objetos inestables o aplastados por la multitud que huía por el pánico. “En Alepo, donde hay presencia salesiana, sentimos muy fuerte el terremoto. Toda la gente salió a la calle con tantas pesadillas en la cabeza y tanto miedo”, dice el padre Pier Jabloyan, Delegado para la Comunicación Social (CS) de la Inspectoría “Jesús Adolescente” de Oriente Medio (MOR).
La comunidad salesiana ha vuelto a realizar lo que suele hacer en toda circunstancia de necesidad, desde hace ya 12 años, por guerras o cataclismos: ha hospedado a personas desplazadas y necesitadas. Sin embargo, "la dificultad es que ahora la casa salesiana está sobrecargada de gente: tenemos dificultad para conseguir colchones, mantas, comida... No estábamos preparados para tanta gente, solo estábamos equipados para 400 personas", continúa el padre Jabloyan.
Además no es sólo una cuestión de números, explica también el padre Alejandro León, Superior de la Inspectoría MOR. “Cuando ocurrió el primer sismo, en la madrugada del 6 de febrero, las familias estaban juntas y dormidas, pero con esta réplica se ha sumado el miedo y la incertidumbre por no saber dónde estaban las familias, niños, padres o el resto de la familia".
“En esta fase, el drama psicológico y el gran miedo que vemos en los ojos de nuestros hijos, de nuestros jóvenes y de sus familias se sienten aún con más fuerza”, coincide el padre Jabloyan.
La casa "Don Bosco" de Alepo, que había abierto sus puertas desde el primer momento para albergar a más de 500 personas, brindándoles todo lo necesario para hacer frente a la primera emergencia, iniciaba una nueva etapa tratando de ayudar a los afectados a superar la traumas y también para comenzar gracias a la ayuda recibida, a reparar los daños en sus viviendas. "Con esta nueva y contundente respuesta fue como tener que empezar de nuevo", afirma el padre León.
“Pedimos oraciones. Esperamos que los próximos días sean más tranquilos”, concluye el Delegado de Comunicación Social de MOR.
En cambio el Inspector, padre León, destaca “la solidaridad concreta de las personas a las que servimos. En medio del dolor, el pánico y la incertidumbre, todos quieren ayudar a los que están peor, todos preguntan qué pueden hacer, tienen una fe y una paciencia increíbles, y muchos admiten que acuden al 'Don Bosco' porque en la iglesia se sienten más seguros”.
Es posible hacer una transferencia bancaria o un depósito para dar la propia contribución para ayudar a los salesianos en Siria. Las coordenadas bancarias están disponibles en el pdf adjunto.
