“Mientras Etiopía intentaba recuperarse de los efectos de la sequía, el Covid-19 y otros problemas, estalló en noviembre de 2020 una guerra a gran escala entre el Gobierno General de Etiopía y la región de Tigray. La guerra prolongada también ha llegado a partes de las regiones de Amhara y Afar. ¿Cuántas personas murieron, entre soldados directamente involucrados en la guerra y civiles asesinados por los miitares?, todavía no hay cifras. ¿Cuántas personas han resultado heridas? ¿Cuántas personas han sido desplazadas? Es triste y verdaderamente preocupante tener esta situación en pleno siglo XXI”, indica el Superior Salesiano.
Desde que el Gobierno Federal abandonó Tigray en junio de 2021, los servicios básicos han faltado en la Región: comunicaciones (teléfono o internet), transporte (terrestre o aéreo), electricidad, bancos... Los abastecimientos han comenzado a escasear y los precios de cualquier producto se han disparado, haciendo que los sean inaccesibles, debido a la falta de disponibilidad de efectivo.
Las organizaciones humanitarias solo pudieron hacer movimientos limitados para llegar a las personas necesitadas y en general, solo fue posible hacer llegar alrededor del 15% de la ayuda necesaria.
Con una limitada ventana abierta de diálogo y colaboración con las organizaciones humanitarias, los salesianos del centro de la Visitaduría, de Addis Abeba, han tratado de llegar a las comunidades presentes en Tigray (en Makalle, Adigrat, Adwa y Shire) y a través de ellas ayudar a apoyar las necesidades humanitarias en esos lugares.
Umanitari nei luoghi in quei luoghi.
“Recurrimos al Programa Mundial de Alimentos (PMA), que nos facilitó los trámites burocráticos y nos ofreció el transporte gratuito de alimentos y artículos no alimentarios hasta Makalle -continúa el comunicado-. Gracias a esta ayuda, pudimos enviar productos alimentarios y no, así como suministros médicos, en cinco envíos. Una vez que la ayuda llegó a Makalle, la distribución interna fue un reto (por falta de combustible, dinero para descargar y cargar, transporte…), pero gracias a la colaboración de personas y organizaciones de buena voluntad en el lugar (PMA, Catholic Relief Service, Oficina Diocesana Católica, Hermanas Hijas de la Caridad, Hermanas de la Madre Teresa, Hermanas Ursulinas, Hermanas de Santa Ana, Maestre Pie Filippini, clero local,… etc.), la ayuda ha llegado a destino para las personas necesitadas”.
“Les estamos agradecidos por el apoyo. Nada de esto se habría hecho realidad si no fuera por vuestra ayuda. Todos los fondos provienen de vuestra generosidad. Agradecemos también al personal de la Oficina Inspectorial de Planificación y Desarrollo y al resto de colaboradores que han hecho más de lo debido para llegar a las personas necesitadas”, añade el Superior de AET, que no deja de mencionar expresamente entre las organizaciones benefactoras e individuos a la Red Don Forest. (qui c'è qualcosa in italiano che non gira bene)
"Hasta ahora hemos llegado a más de 100.000 personas con la ayuda", dice el padre Medhin Tesfay.
La situación ahora está mejorando lentamente: la electricidad y las comunicaciones telefónicas volvieron, ya no se escucha el ruido de los cañones, ni los aviones militares, ni drones y disparos de artillería de largo alcance. Los vuelos de Addis Abeba a Makalle y de Addis Abeba a Shire se han reanudado aunque con restricciones, y los bancos han abierto, pero hasta ahora la gente no ha tenido acceso a sus cuentas.
Desde la firma del acuerdo para el cese permanente de hostilidades en la Región de Tigray, que tuvo lugar el pasado mes de noviembre en Pretoria, sin duda se han dado algunos pasos hacia el regreso a la normalidad en la Región, pero aún queda mucho por hacer, también con respecto a la seguridad general y la protección de los civiles, el libre acceso de la ayuda humanitaria, la facilitación del retorno y la reintegración de los desplazados internos (IDP) y refugiados, el restablecimiento de los servicios esenciales, la introducción de un mecanismo de seguimiento para denunciar cualquier tipo de violación.
“Actualmente es fácil acceder a la posibilidad de enviar ayuda humanitaria a Tigray, y como salesianos estamos preparados para seguir asistiendo a la población. La guerra ha cesado, pero la gente todavía requiere bienes de primera necesidad, especialmente alimentos y suministros médicos", concluye el Superior de la AET, que al final de su mensaje cita el capítulo 25 del Evangelio de Mateo: "En verdad les digo: siempre que hayan hecho estas cosas a uno solo de estos mis hermanos la han hecho a mi”.
