“Un diamante surge de la tierra pero en bruto, necesita ser elaborado -prosiguió el Papa Francisco-. Por lo tanto, incluso los diamantes más preciosos de la tierra congoleña, que son los hijos de esta nación, deben poder aprovechar las oportunidades educativas válidas, que les permitan aprovechar al máximo los talentos brillantes que tienen. La educación es fundamental: es el camino hacia el futuro, el camino a seguir para alcanzar la libertad plena en este país y en el continente africano”.
“Todos reconciliados en Jesucristo” es el lema del logo del viaje a RD Congo. Hoy, 1 de febrero, tras la celebración de la Eucaristía en el aeropuerto "Ndolo", están previstos encuentros, tanto en la Nunciatura Apostólica, con las víctimas de la guerra de guerrillas en el Este del país como posteriormente con los representantes de algunas organizaciones benéficas que operan en el territorio.
Mañana el Papa se reunirá con jóvenes y catequistas en el "Estadio de los Mártires" y luego irá a la Catedral "Notre Dame du Congo" para una oración junto a los sacerdotes, diáconos, consagrados y seminaristas. La jornada finalizará en la Nunciatura Apostólica con un encuentro reservado a los miembros de la Compañía de Jesús.
El 3 de febrero, antes de partir en avión hacia Juba, la capital de Sudán del Sur, vivirá sus últimos momentos en suelo congoleño con los obispos, en la sede de CENCO, la Conferencia Episcopal Nacional del Congo.
Con estas dos naciones, serán 60 los países visitados por el Santo Padre durante su pontificado, quien llegó a la República Democrática del Congo 37 años después de la visita del Papa Juan Pablo II.