Durante la Eucaristía, concelebrada por unos 115 sacerdotes y animada por el coro del Centro de Nuevos Estudios de Tura, el Rector Mayor recordó el lema utilizado por el quien encabezó la expedición de los misioneros pioneros en el noreste de la India, el padre Louis Mathias: "Audacia y esperanza".
A continuación centró su reflexión en la gratitud: "La palabra más importante que quiero dejar sobre todo a mis hermanos salesianos es que la celebración de hoy es para agradecer a Dios en humildad (...) Debemos recordar que los resultados que tenemos son un don del Espíritu, no nuestro. La celebración de hoy es aún más significativa porque proviene de la acción de Dios: Dios quiso contar con el humilde servicio de la mediación humana para realizar las grandes cosas realizadas en estos cien años”.
El 10º Sucesor de Don Bosco agradeció luego a todos los que contribuyeron al crecimiento y desarrollo de las Misiones Salesianas en la región, desde las personalidades más sencillas hasta las más significativas, incluyendo a todos los benefactores. También recordó e invitó a todos a agradecer a Dios por las vidas y vocaciones que se han dedicado a Dios en estos 100 años. “No solo estamos celebrando los logros del pasado, sino que estamos comprometidos con el presente y el futuro que tiene que ser aún mejor”, dijo.
Don Ángel continuó dirigiéndose a los salesianos y a los miembros de la Familia Salesiana para que “demuestren fidelidad al carisma salesiano como lo soñó Don Bosco; es decir, la fidelidad a la esencia de la fe, con una opción preferencial por los pobres. Absolutamente no debemos renunciar a esta fidelidad y no desviarnos de nuestro carisma”.
Pensando sobre todo en tantos jóvenes, padres y laicos presentes en la iglesia abarrotada de gente, el Rector Mayor les recordó que el mensaje central de la fe es "que Dios nos ama". E instó a todos a estar atentos a su voz: “Los primeros misioneros hicieron exactamente esto: amaban a Dios, decían y mostraban al pueblo que Dios ama a su pueblo. Proclamaron que Dios estaba presente en medio del pueblo. Esta fue la razón del crecimiento de la fe en la región”.
Al concluir la Eucaristía, el Rector Mayor invocó la bendición sobre todos los presentes y sobre la misión salesiana en el Noreste de India: “Que Dios toque el corazón de cada uno de nosotros y sea siempre protagonista en los próximos años a través de su Evangelio y del carisma salesiano”.
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