El día –que amaneció muy frío y poco a poco el sol lo fue templando– comenzó con la oración y la rogativa Mapuche en el cerro de la Cruz del Quinto Centenario (sobre la Ruta Nacional 22). Luego, a las 9, se inició la peregrinación. Después de dos horas de caminata, el impresionante grupo de personas comenzó a entrar al Parque Ceferiniano y a acomodarse frente al altar que se preparó al aire libre, frente al templo, donde se celebró la misa.
Esta 52° peregrinación anual, que llevó por lema “Ceferino, samaritano de la vida” contó con la participación de los obispos Esteban Laxague (Viedma), Fernando Croxatto (Neuquén) y Alejandro Benna (Alto Valle del Río Negro). Asimismo, estuvo presente el Padre Inspector de los salesianos de Argentina Sur, Darío Perera. Hubo sacerdotes de distintas ciudades de la Patagonia (muchos de ellos, salesianos), como así también otros que vinieron de distintas partes del país.
Más allá de esta impresionante participación en una peregrinación de fe, la más grande de la Patagonia, las celebraciones se iniciaron el viernes 26 de agosto, día del nacimiento de Ceferino Namuncurá, con misas con los peregrinos que comenzaban a llegar en bicicleta, a caballo, en moto y en auto, además de los contingentes que llegaron en micros de larga distancia desde distintas ciudades de la región, incluso desde Buenos Aires. El sábado 27, en cada una de las misas, se hizo la bendición de los jinetes que iban llegando. Luego, hubo una serie de celebraciones con los jóvenes que llegaron al Santuario. Caída la noche, se realizó la oración junto al fuego, frente al templo. La jornada del sábado culminó con un canto a la tierra de parte de los jóvenes en el Polideportivo de Chimpay.
¿Quién fue Ceferino Namuncurá?
Nacido en Chimpay, Río Negro, el 26 de agosto de 1886, fue un joven mapuche que conoció a los salesianos, que estudió con ellos y que aspiró al sacerdocio, con la idea de irse a estudiar y volver a su comunidad para ser útil a su gente.
Al año de nacer fue bautizado por el misionero salesiano Domingo Milanesio. A los 11 años pidió ir a estudiar para luego regresar y así poder enseñar a los de su pueblo.
Su padre, lonco de la nación mapuche, fue promovido al rango de coronel de la Nación y lo llevó a estudiar a Buenos Aires. Luego de un pasar unos meses en la Armada, ingresó al colegio salesiano Pío IX, de Almagro, donde tuvo de compañero, entre otros, a Carlos Gardel. Ceferino fue un joven estudioso y dedicado: aprendió el idioma castellano y el catecismo.
A principios de 1902 tuvo tuberculosis. Por eso, monseñor Juan Cagliero decidió trasladarlo a Viedma, con la esperanza de que allí pueda recuperarse. En el colegio San Francisco de Sales de esta ciudad comenzó sus estudios secundarios como aspirante a religioso en la Congregación Salesiana. El sacerdote médico Evasio Garrone, junto con el enfermero salesiano Artémides Zatti – que el próximo 9 de octubre será canonizado en Roma por el Papa Francisco – cuidaron de Ceferino y de su salud durante el tiempo que estuvo en Viedma. En julio de 1904 Ceferino fue trasladado a Turín (Italia) para recuperarse de su salud y seguir los estudios eclesiásticos. En Italia, además de conocer a varios salesianos, entre ellos, al primer sucesor de Don Bosco, Don Miguel Rúa, Ceferino fue recibido por el Papa Pío X.
Sin embargo, no pudo recuperarse del todo y, el 11 de mayo de 1905, a los 18 años de edad, murió en Roma, acompañado por monseñor Cagliero.
Su fama de santidad tomó mucha popularidad a lo largo de los años y el 11 de noviembre de 2007 fue proclamado beato de la Iglesia católica.
Nicolás Mirabet
Delegado Inspectorial de Comunicación Social
Inspectoría Ceferino Namuncurá | Argentina Sur (ARS)
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