El espíritu misionero es el corazón de la caridad pastoral resumido en el lema “Da mihi Animas, Caetera Tolle” (Dame las almas, quítame lo demás). Es un "rasgo esencial del carisma de Don Bosco", como dijo el P. Egidio Viganò, VIII Sucesor de Don Bosco, y todos los salesianos están llamados a vivirlo.
La vocación misionera salesiana, en cambio, es un don del Señor, una llamada para algunos. El misionero salesiano no pertenece a una "élite" privilegiada de hermanos, es alguien que vive de una manera más generosa y radical la vocación común a todos los salesianos.
La vocación misionera es invocada en la oración, despertada en los hermanos, verificada en su discernimiento y acompañada en su desarrollo.
Es a través de la oración que quienes se sienten atraídos por la vida misionera descubren, sostienen y nutren su vocación. La oración diaria ayuda a estar en sintonía con la vocación divina. En efecto, en la oración se tiene un encuentro con Dios y se le presentan las preguntas que el Espíritu Santo ha suscitado en el corazón, junto con los sueños, las luchas y las preocupaciones.
Las iniciativas de animación misionera son medios importantes para mantener vivo el espíritu misionero de todos los salesianos y de todas las Comunidades Educativo-Pastorales (CEP): oración por los misioneros el 11 de cada mes; la difusión y uso del boletín "Cagliero11" y del video "CaglieroLife"; la celebración anual de la Jornada Misionera Salesiana; experiencias misioneras de verano en el extranjero para salesianos en formación inicial; grupos juveniles misioneros y el Movimiento de Voluntariado Misionero Salesiano. Al final, la animación misionera eficaz hace nacer la vocación misionera salesiana.
San Juan Pablo II escribió en la Familiaris Consortio que “el amor es la vocación fundamental e innata de todo ser humano” (FC, 11). Cada persona tiene una vocación única e irrepetible de amar. Discernir la propia vocación misionera significa discernir cómo Dios nos llama a amar ya vivir nuestra vocación salesiana de manera más generosa y radical.
El acompañamiento es una forma importante para ayudar a esclarecer los anhelos profundos del corazón. El discernimiento requiere apertura a la guía espiritual, tiempo, paciencia y perseverancia. El guía espiritual es un "amigo del alma" que ayuda a superar la confusión y a veces la frustración que puede ser parte del proceso de discernimiento.
Si piensan que Dios les llama a ser misioneros salesianos: ¡recen, déjense acompañar por un guía espiritual y hagan discernimiento!
