“Durante mi primera visita a una de nuestras escuelas golpeadas duramente por el súper tifón, sentí emociones muy fuertes. Un manto de incertidumbre y desesperación se apoderó de mí al observar la severa destrucción presente en todo el campus (…). Ahora, varias semanas después, la situación ha cambiado poco y lo hace lentamente" señaló el Inspector de Filipinas del Sur (FIS), padre Fidel Orendain.
En una de sus últimas visitas, el padre Orendain pudo constatar las dificultades y el deseo de empeñarse que tienen los salesianos y sus colaboradores: "Como las clases presenciales están prohibidas en las escuelas desde hace casi dos años, los profesores están obligados a venir al campus para imprimir los apuntes con las lecciones para darlas a los papas de los alumnos; los docentes hacen cola para usar las impresoras que se han salvado de la lluvia o del viento del tifón”.
"La mitad de su preocupación -continúa el Inspector- es sobre las lecciones que se imprimirán. La otra mitad es a volver a sus casas para repararlas: a más de un tercio de los maestros y el personal del instituto se les ha volado el techo de sus habitaciones... Sin mencionar que la posibilidad de enfermarse con Covid-19 sigue siendo una amenaza para ellos.
Por otro lado, en el contexto salesiano, trabajamos incansablemente para ayudar a los más necesitados. El 29 de enero, por ejemplo, 44 días después del paso del supertifón, el padre Godofredo Atienza, ex superior de la FIS y actual responsable del Secretariado de la Familia Salesiana, representó al padre Orendain en una visita solidaria realizada a algunas familias necesitadas que residen en el grupo de islas de Olango. Ellas también forman parte de la Familia Salesiana en cuanto son miembros de la Asociación de María Auxiliadora (ADMA).
"Muchas de las casas en Olango aún no se han reconstruido y todavía no se ha restablecido la electricidad... Estas familias están sufriendo mucho, porque la mayoría de sus casas han sido completamente arrasadas", señalaron algunos miembros de la oficina local de Planificación y Desarrollo (PDO, en inglés), que participaron en la expedición solidaria.
Llegar a estas familias ya fue un desafío que requirió un viaje, primero en automóvil y después en bote. A pesar de las dificultades el equipo salesiano se compromete a llevar la ayuda puesta a disposición por el generoso apoyo de "Misean Cara" -un movimiento para el desarrollo misionero internacional con sede en Irlanda- y la Inspectoría salesiana Irlandesa.
“A pesar de todas las dificultades, las personas todavía tienen una sonrisa genuina en sus rostros y ofrecen su cálida hospitalidad. Su resiliencia y esperanza son claras. ¡Lo lograremos!", concluyen los miembros de la PDO, con optimismo y agradecimiento.
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