La Familia Salesiana (FS), reunida en torno al Rector Mayor, el padre Ángel Fernández Artime, y guiada por su Delegado Central para la SF, el padre Joan Lluís Playà, se ha reunido de hecho en la Casa Madre de Valdocco, de forma física y también virtual a través de la conexión digital, para su Consulta Mundial (21-23 de mayo). Fue un momento dedicado a abordar aspectos organizativos y programáticos, pero siempre dictados por la conciencia de ser ante todo, expresión de la laboriosidad del Espíritu de Dios.

Como el mismo padre Playà comentó en la homilía de la misa celebrada al final de la mañana (transmitida en nuestra página de Facebook), “el Espíritu Santo es un fuego que purifica, un fuego que apasiona. Quienes escuchan su ruido no pueden permanecer indiferentes. Ayer abrió de par en par las ventanas y puertas del Cenáculo. Aquí, encendió el corazón de Don Bosco y el corazón de la primera generación de los salesianos, de las Hijas de María Auxiliadora, de los Salesianos Cooperadores y de los devotos de María Auxiliadora. Ahora nos toca a nosotros”.

Poco antes, el Papa desde San Pedro había dirigido su pensamiento a los Salesianos y las FMA "que trabajan por los que están lejos, por los marginados, por los jóvenes", pidiendo la bendición del Padre "con tantas vocaciones santas" para seguir en este camino.

Se hizo eco de esta invocación el arzobispo de Turín, Mons. Cesare Nosiglia, que celebró la Eucaristía de la tarde en la basílica de Valdocco. “Don Bosco afirmó que uno de cada tres jóvenes tenía en el corazón el deseo de dedicar toda su vida al Señor en el ministerio sacerdotal o en la vida consagrada. Y por eso nos invitó a rezar a María Auxiliadora para que ayude a estos jóvenes a tener el valor de responder positivamente a la invitación”.

Por la noche fue la última cita de la novena de la fiesta mariana, con el Rector Mayor que expresó el tradicional "buenas noches" en el patio de Valdocco. Un espacio que permitió vivir el rosario con una familiaridad particular. “Todo aquí habla de la historia de una pasión por la educación y la evangelización”, comentó el Rector Mayor.

La pasión que acompañó hasta el final a este hombre santo, que al finalizar su vida, tras el esfuerzo de erigir la iglesia del Sagrado Corazón en Roma, se emocionó al celebrar la Eucaristía en el altar dedicado a María Auxiliadora.  Se detuvo 16 veces durante la liturgia -recordó el Rector Mayor- y al final confió a uno de sus cohermanos: “Hoy he entendido lo que a los 9 años me dijo la Virgen en I Becchi”.

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