Ana Alice de São Caetano do Sul (Brasil), Liliana de Córdoba (España) e Isaura de Salamina (Colombia), para hacer un ejemplo, son algunas de las decenas de personas que por la tarde del 5 de octubre se conectaron desde tantos países del mundo para asistir a un encuentro sobre “testimonios, itinerarios y pasos del joven Acutis”. “Él ha siempre atraído a las personas de manera espontánea, desde pequeño”, explicó Antonia Salzano, la mamá de Carlo.
Acutis venía de una familia importante, acostumbrada al bienestar. Sus abuelas eran nobles y él estaba acostumbrado a las casas hermosas y bellos lugares. Aún así era de una simplicidad extrema. “Para él dos pares de zapatos le parecían demasiado. Era necesario ayudar a los pobres, quería ahorrar para ayudarlos a todos, porque para Carlos era inútil tener tantas cosas. Él amaba lo esencial. Por estas razones amaba a san Francisco”, añadió su madre.
La relación con la ciudad de Asís se estrechó aún más después de su muerte. Trasladado en 2016 al “Santuario della Spogliazione”, (Santuario del Despojo), será beatificado en la ciudad donde vivió san Francisco y su cuerpo casi intacto, quedará expuesto para la veneración hasta el próximo 17 de octubre.
Nacido en Londres, en 1991, donde sus papás se encontraban por motivos de trabajo, falleció el 12 de octubre de 2006 en la ciudad italiana de Monza, debido a una leucemia fulminante, enfrentada con serenidad y cuyos sufrimientos fueron ofrecidos por el Papa y por la Iglesia. Desde pequeño fue marcado por una piedad profunda, hizo la Primera Comunión con un permiso especial a los 7 años. Adolescente de misa y rosario diarios, maduró un amor vivo por los santos y por la eucaristía. Rico de talentos humanos, era bueno en el deporte y muy dotado para la informática, al punto que realizó siendo aún adolescente, una muestra digital sobre los milagros eucarísticos que todavía ahora está online. Creció en un barrio multiétnico y logró hacer amistad con hinduistas, budista y musulmanes. Con ellos como con sus compañeros de clase, nunca ocultó su fe.
Son muchas y significativas algunas de sus frases: “No yo, pero Dios”, “Todos nacemos originales, pero muchos mueren como fotocopias”. “La Eucaristía es mi autopista para el Cielo”. “Si la gente entendiera la importancia de la Eucaristía, las iglesias estarían tan llenas que no se lograría entrar”.