La situación en Líbano, ya inestable desde el punto de vista socio-económico, se agravó así ulteriormente después de la explosión de Beirut. La población se encontró delante las consecuencias de aquel terrible episodio, que del progresivo incremento de los casos de covid-19. Por ello los salesianos decidieron postergar las tradicionales actividades hasta que el gobierno permita el normal desarrollo de los encuentros. Al mismo tiempo han previsto una ayuda concreta a las personas más vulnerables, a través de la donación de alimentos y bienes de primera necesidad e instituyendo una beca de estudio para los hijos de las familias más afectadas por la pandemia. Se decidió además que para el año escolar 2020-2021, la Escuela de Formación Técnica y Profesional dará principalmente lecciones a distancia y digitales, para reducir al mínimo los riesgos de infecciones, tanto para los estudiantes como para los docentes.
El apoyo a los núcleos familiares más necesitados tampoco faltó en Egipto, donde la Familia Salesiana respondió con las habituales distribuciones de kit de alimentos e higiénicos. Aquí además, unas 30 familias han recibido un apoyo extra,a través de pequeños importes de dinero para cubrir los gastos de base, como el alquiler, la electricidad y el agua. La dirección de los Institutos salesianos en el Cairo y Alejandría, decidió responder a las necesidades de las familias más necesitadas de los estudiantes inscritos, ofreciendo becas y reducción de las cuotas escolares para el ciclo 2020-21.
Medidas similares fueron adoptadas también en Belén y Nazaret, ambas duramente golpeadas por el bloqueo impuesto para contener la difusión del virus. En Belén los alumnos de la Escuela Técnica Salesiana en condiciones socio-económicas difíciles pueden ser ayudados con becas completas o parciales. Al mismo tiempo se ofrece un curso de formación intensiva para todos los docentes, sobre las metodologías y los instrumentos de enseñanza digital. Más difícil es la situación en Nazaret, donde desde el 23 de septiembre las escuelas están cerradas y toda la actividad educativa tiene que ser realizada a distancia.
Son dramáticas también las condiciones de Siria. Al final de junio, con la disminución aparente del número de infecciones de covid-19, los salesianos han decidido reabrir sus centros de las ciudades de Alepo y Damasco, para aliviar el estrés psicosocial de las familias y niños. Lamentablemente durante el mes de agosto, una nueva ola de infecciones ha golpeado al país y muchas personas fueron afectadas, llevando a un nuevo cierre de los centros. Los salesianos entretanto se concentraron en las necesidades de las familias sirias y han desarrollado una doble intervención: una económica para ayudar a quien perdió sus fuentes de rédito y una educativa, para no dejar solos a los niños y a los jóvenes que tienen dificultad para aprender.
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