“Ser misionero -explica el sacerdote italiano - es responder a un llamado que he madurado por mucho tiempo. Había hecho tres experiencias temporáneas en África, precisamente en Nigeria. Al final desembarqué en tierra europea, así fui entendiendo poco a poco que la misión antes que un territorio es un estilo de vida. También aquí si bien el tenor de vida es diverso, la necesidad de evangelización en un mundo secularizado y post-soviético diría que es análoga: en este lugar encontré a personas sin desnutrición en el físico, pero sí en el espíritu. Y le respondí: ‘Aquí estoy!, envíame!’ a Aquel que es el manantial de cada llamado misionero”.
El padre Massimo explica que durante estos años ha intentado sobre todo escuchar, inserirse en una cultura diferente, con respeto, paciencia y progresividad: el idioma, el clima, las personas, la fe vivida en las pequeñas comunidades son aspectos varios que es necesario integrar, poco a poco.
“Ante los momentos de soledad y dificultad - sigue el misionero - me ejercito a no desanimarme. Claramente, antes o después llega el momento en el cual uno se pregunta: ‘¿Pero por qué yo estoy aquí?’. Se trata entonces de superar la tentación del 'que me importa', al mismo tiempo en el que se toma consciencia que en el propio interior se lleva una enfermedad llamada ‘protagonismo y deseo de ser eficiente’, condimentada por el anhelo humano de ver siempre los resultados, si bien esto frecuentemente no es posible, al menos en breve término. En estos casos me ayuda mucho la vida de oración y el apoyo de la comunidad salesiana y de la parroquia en la que vivo”.
Como salesiano de Don Bosco, el padre Massimo advierte en modo particular las ganas y la tarea de hacer conocer a los niños y a los jóvenes la figura de don Bosco, el Santo de los Jóvenes. “Esto me pide luchar contra la tentación de una vida mediocre que se contenta con el mínimo esfuerzo posible.
Por lo tanto siempre hay que volver a empezar, manteniendo vivo el fuego misionero en el propio corazón, siguiendo hasta que pasaré a otros el testimonio, cuando Dios lo quiera, sabiendo que vale la pena trabajar por el Reino de los Cielos. No se trata solamente de entender que el Señor nos manda a anunciar Su Palabra, sino de volvernos voz de aquella Palabra, con nuestra presencia y nuestro testimonio”.
Fonte: Fides (http://www.fides.org/it/news/68647-EUROPA_LITUANIA_Verso_la_Giornata_Missionaria_La_missione_prima_di_un_territorio_e_uno_stile_di_vita_dice_un_missionario_salesiano_a_Vilnius)