“Para nosotros, los organizadores, es muy importante que el mayor número de personas puedan vivir en Cracovia y sus alrededores, debido a que el principal problema será el acceso a los lugares de eventos. Una vez más repetimos la llamada, especialmente para los habitantes de Cracovia, a abrir sus puertas a los participantes en la JMJ”, dijo el P. Parszywka Adam, Director del Departamento de Comunicación del Comité Organizador de la JMJ.
El llamado fue respondido por el Sr. Bogdan Michał Kwiatek, de Cracovia, organizador de expediciones en el mundo, autor de libros y publicaciones resultado de sus viajes. Entre otras cosas, asistió a una reunión de jóvenes cristianos en Hungría, organizado por la Comunidad de Taizé. Pasó algunas noches visitando una familia en Budapest y recuerda con gran placer aquella visita.
La casa del Sr. Kwiatek está abierto. A menudo reciben a las personas procedentes de Polonia y en el extranjero. Durante la JMJ quisieran alojar al menos seis personas, de todos los continentes. No tienen miedo de que su casa se convierta en una Torre de Babel: mi familia conoce muchos idiomas. Cuando Bogdan fue a Hungría sólo sabía las palabras “gracias” y “buenos días” y no fue un problema.
En 1993 llegó a la Misa final de la JMJ de Denver directamente desde Alaska. Todavía tiene ante sus ojos la multitud de 700.000 personas jóvenes gritando “Viva el Papa Juan Pablo II”. "Fue una experiencia maravillosa”, aseguró.