Por Grażyna Starzak
El Papa iniciará la peregrinación en Polonia en la colina de Wawel donde se reunirá por primera vez con el Presidente de Polonia, Andrzej Duda, y los miembros del Gobierno y representantes del Parlamento. Inmediatamente después se encontrará con los obispos de Polonia, en la Catedral y el Templo Nacional de Wawel, donde venerará las reliquias de San Estanislao, obispo y mártir.
En el programa del Papa, también está prevista una visita a Częstochowa, el jueves 28 de julio, donde celebrará la Eucaristía por los 1050° aniversario del Bautismo de Polonia y luego el saludo a los participantes en la JMJ, en Błonia. En el parque más grande de Europa, se prepara la llamada “zona de la reconciliación” donde se prepararán cientos de confesionarios y una tienda de campaña para la adoración del Santísimo Sacramento.
El viernes 29 de julio el Papa Francisco visitará el campo de concentración de Auschwitz-Birkenau, donde rezará ante el llamado “muro de la muerte”, en el bloque N° 11, que fuera la celda de San Maximiliano Kolbe. Por la tarde presidirá el Vía Crucis destacando al Cristo Misericordioso que se manifiesta hoy en día en la vida de la Iglesia a través de las obras de caridad.
La mañana del 30 de julio el Santo Padre llegará al Santuario de la Divina Misericordia. Rezará en la capilla de Sor Faustina, a continuación pasará a través de la Puerta Santa de la Basílica de Łagiewniki para luego celebrar la Eucaristía con sacerdotes y religiosos de toda Polonia y finalizando, junto a un grupo de jóvenes llegará a la capilla de San Juan Pablo II.
La JMJ 2016 terminará en Brzegi, en una meseta de 200 hectáreas denominada “Campus Misricordiae”, en la que tendrá lugar la vigilia de la noche y la misa de clausura.
Durante la vigilia, los jóvenes de diferentes países discutirán los problemas de su generación: el desempleo, adicciones, persecución, entre otros temas. “Vamos a presentar todas estas necesidades a Dios que nos escucha”, manifestó el P. Mieszczak, responsable del acto litúrgico de la JMJ.
El Santo Padre presidirá la Eucaristía final, que se espera a un grupo de 2,5 millones de fieles y se enviará a los jóvenes por el mundo entero. “Podemos hospedar no sólo a los jóvenes peregrinos, por ello invitamos al encuentro con el Papa a todos, y a todos les garantizaremos la seguridad”, declaró el cardenal Dziwisz.