La idea de crear un musical llevaba tiempo en mi cabeza, pero no sabía cómo sacarme este proyecto de la cabeza y hacerlo realidad: debería tener un teatro, actores con un guion en sus manos, cantantes, un grupo de danza, directores e incluso técnicos de sonido e iluminación... impensables con los pocos instrumentos que tenía.
Conocí al P. Massimiliano Dragani y su oratorio de "Pío XI". Me uní al grupo como "coreógrafa" de un musical después de un viaje a Tierra Santa. EL P. Massimiliano me propuso participar como voluntario del Servicio Civil en el oratorio.
Comencé el servicio en enero de 2020 en el Instituto Salesiano Pío XI junto con Giulia. Inmediatamente nos involucramos, especialmente con los adolescentes, a través de actividades recreativas y talleres. Ciertamente no echamos de menos esos momentos de consuelo, comodidad y diálogo con ellos, que nos ayudaron a entrar de puntillas en sus vidas.
Cuantos más días pasaban, más parecía revivir el período de la adolescencia, ese período de total inseguridad. Todos los días a las 15:30 salía de casa para ir al oratorio con un bagaje emocional y una gran certeza: acompañar a los muchachos. Consciente de que no podía responder por ellos, pero que podía acompañarlos.
Cuando salió el primer decreto de emergencia, empezamos a recorrer los parques de la zona para jugar con los niños, charlar y llevarles una merienda... es decir, para no abandonarlos. Por desgracia, este proyecto duró solo unos días, porque después salió un nuevo decreto que no nos permitía salir de nuestras casas.
Nos encontramos remodelando nuestro proyecto, para que no saliéramos de nuestras casas, sino que continuáramos con nuestro trabajo "desde el corazón". Nos equipamos con plataformas online para poder escuchar a los niños.
Todos los domingos nos reunimos en el “Zoom”, después de la Misa de streaming, para reflexionar juntos sobre el Evangelio, mientras que los demás días de la semana lanzamos algunos retos, varias actividades de grupo y talleres. Los muchachos respondían positivamente a estas reuniones porque son una forma divertida pero constructiva de cultivar nuestras relaciones, de involucrarnos y, añadiría, de permanecer alegres y unidos incluso en los momentos más difíciles. Lo más hermoso es que también se ha convertido en la certeza de una presencia.
Creo que este período es una oportunidad única de crecimiento. Se nos dio la oportunidad de redescubrir la belleza de todo lo que antes se daba por sentado.
Agradezco al Señor todos los días por permitirme ser voluntaria del Servicio Civil, lo que me ha permitido renovar mi fe a través de la educación del corazón.