El P. Patrick Angelucci, SDB, párroco de la parroquia dedicada a San Juan Bosco, explicó: “Dios nos envía gente que necesita comida. Me reuní con la comunidad salesiana y decidimos retirar dinero de los ahorros de nuestra comunidad para ayudar a la gente pobre y preparar una comida en esta situación de crisis”.
El extraordinario aumento de la demanda durante este período cuesta unos 2.000 dólares por semana más de lo que normalmente cuesta el programa a lo largo del año. “En esta crisis, Dios nos envía a esta pobre gente que tiene hambre a Don Bosco, y Don Bosco nunca le daría la espalda a una persona necesitada”, añade el P. Angelucci.
Carmen López de Linero, una voluntaria, supervisa el funcionamiento del banco de alimentos y organiza la distribución de alimentos, que se lleva a cabo todos los días de la semana, a partir de las 11:30 de la mañana. Está asistida por un equipo de voluntarios que clasifican la comida, cocinan, preparan los paquetes y también hacen entregas a aquellas personas que por diversas razones no pueden llegar en persona al centro comunitario “Don Bosco”.
Normalmente, la gente puede entrar en el refectorio para comer comidas preparadas. Pero la necesidad de distanciamiento social ha cambiado la forma en que funciona haciendo todo en modo de servicio para llevar. No hay duda de que el número de personas que han venido a pedir ayuda en las últimas cinco semanas ha aumentado considerablemente.
Además del programa de alimentación, la parroquia salesiana participa en la sensibilización sobre las medidas de prevención, la producción y distribución de máscaras, el asesoramiento psicológico en línea, los cursos en línea, el transporte de los enfermos a los hospitales y la ayuda para el alojamiento de los enfermos o de las personas sin hogar.
Los Salesianos en la Inspectoría de Estados Unidos Este y Canadá (SUE) están haciendo todo lo posible para ayudar a las personas afectadas por la pandemia. Ocho de 16 comunidades ofrecen servicios sociales. Varios ofrecen aprendizaje en línea o transmisión en vivo de servicios religiosos. Las seis escuelas secundarias de la provincia ofrecen clases de día completo con programas de aprendizaje a distancia. Más de 1.400 familias se benefician de los programas de alimentación ofrecidos en todo el SUE. Todas las comunidades, al tiempo que realizan estos esfuerzos para apoyar a otras, implementan protocolos de seguridad para prevenir el contagio.
En la Casa Inspectorial de New Rochelle, los Salesianos han colocado lámparas en las ventanas de la torre como signo de proximidad a los médicos, enfermeras, trabajadores sanitarios, los socorristas y los que prestan servicios esenciales.
P. Dennis Donovan
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