El P. Mesidor comenzó su sermón haciendo hincapié en la importancia que se debe dar a la vida. “Este desastre tiene que enseñarnos a reflexionar sobre el sentido de nuestra vida y de nuestra vocación religiosa”. Haití sigue sufriendo las consecuencias del terremoto después de 7 años; pero los Salesianos siguen confiado en Dios, sabiendo que Él nunca abandona a su pueblo. “Es un Dios misericordioso. Él es el que nos permite estar presentes aquí, el día de hoy”, ha manifestado.
La celebración trajo a la mente muchos recuerdos. El primer salesiano haitiano el Coadjutor Hubert Sanon, y dos jóvenes salesianos que murieron el 12 de enero de 2010 y los más de 200 estudiantes de “las Pequeñas escuelas del Padre Bohnen” que estaban en los salones de clase el día del terremoto..
Por la tarde, para marcar con precisión el momento exacto en que la tierra sacudió: a las 16:53 hora local, los salesianos se reunieron en la Universidad Quisqueya, donde se encuentran enterrados los dos jóvenes salesianos: Astime y Valsaint. En la parte interna se construyeron una sala en memoria de los estudiantes afectados por el terremoto del 12 de enero y rezaron las Vísperas, ofrecida en sufragio de todos los estudiantes que murieron en el campus universitario.
La jornada transcurrió en una atmósfera de profunda meditación y de reflexión sobre la fragilidad de la vida en la tierra. Este año, el 12 de enero ha sido decretado por el gobierno de Haití “Día de la reflexión y de conocimiento de los riesgos de los desastres naturales en Haití”.