El Santo Padre, Papa Francisco ha acuñado en estos últimos años “Iglesia en salida”. Es una terminología que tiene muchos significados: Una Iglesia que atiende a toda persona sin importar su estado moral o ideológico; una Iglesia abierta al diálogo universal, con otras Iglesias, religiones e ideologías; una Iglesia que hace de todos hermanos y hermanas: una inmensa comunidad fraternal; una Iglesia-pastor que anda en medio del pueblo, con olor a oveja y misericordiosa; una Iglesia que busca las periferias existenciales; una Iglesia que es servidora y portavoz profética; una Iglesia que va a los pobres, conversa con ellos, los abraza y los defiende; una Iglesia que toma partido a favor de las víctimas y que los llama por su nombre; una Iglesia de la revolución de la ternura, de la misericordia y del cuidado; una Iglesia sensible al problema de la ecología y del futuro de la Casa Común, la madre Tierra, en fin una Iglesia-alegría del evangelio y de esperanza todavía para este mundo.
Como en ediciones anteriores, el objetivo de la actividad era ofrecer a las personas que transitaban por la popular avenida la posibilidad de recibir la ceniza y la oportunidad de participar del sacramento de la Reconciliación.
Este evento congregó alrededor de 70 voluntarios pertenecientes a la Familia Salesiana, jóvenes del Movimiento Juvenil Salesiano y jóvenes pertenecientes a la pastoral local de la parroquia. Además, se contó con la presencia del P. Abel Castillo y Mons. Héctor Guerrero, SDB, obispo emérito de la Prelatura Mixe. Este corredor tuvo como objetivo principal la invitación del Papa Francisco de anunciar en las calles la misericordia de Dios y de llevar el trabajo pastoral hacia una experiencia cotidiana, alegre y de cercanía con todas las personas.