Los muchachos de la comunidad de “El Puente”, que actualmente alberga a unos quince Menores Extranjeros no Acompañados (UAMS), organizaron la reunión invitando a los amigos, compañeros de otras comunidades, "antiguos alumnos" de la obra salesiana. Se reunieron alrededor de cincuenta muchachos de diferentes países, idiomas y religiones.
La mayoría de los muchachos que estaban presentes vivieron la difícil experiencia de viajar desde su país a Italia, cruzar Libia y, en un bote de goma cruzar el mar. Un viaje que duró meses, en algunos casos muchos años. Viajaron solos y sin la presencia de un adulto referente con el único deseo de lograr un futuro en Europa. No pocos de estos jóvenes tienen una carga de vida detrás de ellos, representados por la violencia, la tortura, la esclavitud, el abuso.
Durante el período en que están presentes en la comunidad, enfrentan los desafíos de la integración, que son decisivos para su futuro en Italia y en Europa, desde el aprendizaje del italiano hasta la inclusión en la escuela y el trabajo y la regularización del permiso de residencia.
“En el momento de la oración y celebración, deseado por los muchachos, no solo como una simple reunión, sino y sobre todo como un gran testimonio de unidad y de respeto mutuo”, explicó el P. Giovanni Vanni, director de la Comunidad y Ecónomo.
Todos los jóvenes presentes invocaron juntos el don de la paz como una bendición de Dios y así expresaron su solidaridad con los inmigrantes que sufren a causa de la violencia, la pobreza y muchas situaciones políticas en Italia y en muchas partes del mundo.
La noche continuó con un momento de convivencia, como es la tradición musulmana, con el regalo de un dátil y concluyendo con un momento expresivo musical.