De la búsqueda de guía a la inspiración para otros
La historia de Jason comienza con una llamada telefónica: sobrecargado y buscando consejo para su trabajo en el tercer sector, encontró un mentor en JC Montenegro, el director ejecutivo del SFYC. Ese primer encuentro le cambió la vida, y hoy Jason contribuye significativamente a los programas del centro, liderando iniciativas deportivas y apoyando el desarrollo de los jóvenes. De manera similar, Juana, quien hoy tiene veinticuatro años, cruzó por primera vez las puertas del centro a los siete años, invitada por un vecino. A lo largo de los años, creció bajo la guía de líderes como Héctor Bañuelos y el señor Tom Mass, SDB. Su dedicación la inspiró a asumir roles de liderazgo, hasta convertirse en miembro del personal, ayudando a otros a crecer, como una vez lo hicieron con ella.
Encontrar un propósito a través de la conexión
Para Jennifer, el SFYC se convirtió en un refugio durante un periodo de profundo dolor. Después de ingresar al centro en 2004 como participante de los campamentos de verano, pasó al voluntariado y, posteriormente, a un puesto de tiempo completo. Su trayectoria refleja el apoyo incansable del centro ante los retos de la vida. Hoy, Jennifer acompaña a los jóvenes, afirmando: “No es solo un trabajo, es una familia”. Alex, quien en el pasado luchó contra el acoso escolar, encontró confianza en sí mismo y el coraje para expresarse gracias al programa SHOUT (Grito). El consejo de su padre de unirse al programa cambió su vida. Hoy, Alex trabaja en el mismo programa, inspirando a otros a abrazar su verdadero yo.
El poder de la amistad y el liderazgo
La inicial reticencia de Tiffany a participar en un grupo juvenil de la iglesia “St. Mary” desapareció con el tiempo, dando paso a una experiencia transformadora. Gracias al grupo, construyó amistades duraderas y descubrió su pasión por el voluntariado. Después de años de servicio, Tiffany ahora forma parte del programa WeCare, trabajando junto a sus mejores amigos para marcar la diferencia en la vida de los demás. Adrián, quien asistió por primera vez al SFYC de niño, fue inspirado por la calidez del personal. Aunque la vida lo alejó durante un tiempo, regresó con el profundo deseo de devolver lo que recibió. Hoy, Adrián transmite el mismo espíritu de acogida, asegurándose de que cada niño se sienta apoyado como lo hicieron con él.
Una guía que cambia vidas
El camino de René en la familia del SFYC comenzó con el aliento de su hermano Ángel. Aunque al principio no se sentía cómodo, encontró inspiración en el impulso constante de JC Montenegro por servir y mejorar. Uno de los recuerdos más preciados de René es ver graduarse a un estudiante al que mentoreó, un testimonio del impacto del centro en las vidas jóvenes. Andrés, por su parte, atribuye al SFYC el haberle enseñado responsabilidad, paciencia y confianza. Superando desafíos personales, alcanzó metas que antes consideraba imposibles, gracias a la motivación y el apoyo encontrados en el centro.
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