Han pasado cuarenta años desde aquel 14 de abril de 1984 que vio el primer encuentro en la Plaza de San Pedro de los jóvenes, evento fundamental para el nacimiento de las actuales JMJ, los grandes encuentros internacionales que reúnen a chicos y chicas de todos los continentes alrededor del Papa en alguna ciudad del mundo. Iniciadas por San Juan Pablo II, han marcado los últimos cuatro decenios de la Iglesia: la última se celebró en Lisboa en agosto de 2023 con el Papa Francisco; la próxima será en Seúl, Corea del Sur, en 2027, precedida por el Jubileo de los Jóvenes en Roma en 2025. Por eso, para presidir las Misas de los dos días de celebraciones, se invitó a un purpurado portugués, el Cardenal José Tolentino de Mendonça, Prefecto del Dicasterio para la Cultura y la Educación; y a uno coreano, el Cardenal Lazarus You Heung-sik, Prefecto del Dicasterio para el Clero.
En la jornada del sábado 13 de abril de 2024, las actividades se abrieron exactamente como hace cuarenta años, con los jóvenes reunidos en la Plaza de San Pedro y luego marchando en procesión, con la Cruz de las JMJ, hacia el cercano centro "San Lorenzo". Allí tuvo lugar la celebración eucarística, en la que el Cardenal de Mendonça afirmó: "Hoy agradecemos al Señor por la gran inspiración que tuvo San Juan Pablo II al convocar la primera JMJ. También agradecemos cómo las vivió el Papa Benedicto XVI y cómo las vive el Papa Francisco, como un momento indispensable para la Iglesia".
En estos años, subrayó el purpurado, las JMJ han dado muchos frutos: "Frutos de esperanza y de amor, frutos de juventud, de primavera en el corazón de la Iglesia". Recordó luego la invitación de Jesús a todos los jóvenes: "Venid, tocad, ved, comed" para reafirmar que: "Cristo es decisivo en la vida de la persona humana. La importancia de Cristo no es una verdad teórica abstracta, es algo que hemos tocado". El Cardenal también destacó que, durante las JMJ, los jóvenes de todo el mundo experimentan la alegría de ser creyentes, la alegría de realizar la fraternidad humana, de abrazarse, de orar y adorar juntos, de escuchar, reír, llorar, de atesorar esta experiencia de Iglesia. "Esto transforma la vida, ha transformado la historia de los grandes y continúa transformando nuestra vida, nuestra historia. Cristo no quiere espectadores. Cristo quiere testigos. Y el testigo es aquel que dice 'He visto con mis propios ojos, he escuchado con mis oídos, he tocado'. Esto nos hace una Iglesia misionera, una Iglesia en salida".
El purpurado luego recordó las palabras del Papa Francisco para estimular a los jóvenes: "No quedarse en el balcón mirando pasar la historia, sino estar en medio de la historia haciendo ruido... Pero un ruido que no sea solo estrépito, sino Buena Nueva". También citó a Juan Pablo II cuando afirmaba "que los jóvenes son los primeros evangelizadores de los otros jóvenes". "Cristo cuenta con vosotros para sanar las heridas. Jesús cuenta con vosotros para abrir nuevos horizontes. Cristo cuenta con vosotros para construir no una cultura de muerte, sino una cultura de vida", agregó el jefe del Dicasterio, concluyendo su homilía con la invitación a mirar a María, "presente en cada JMJ" y "punto de referencia que nos ayuda a mirar a Cristo".
En la Misa también estuvieron presentes Gleison De Paula Souza, Secretario del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida; la Comunidad Shalom, que se encarga de la pastoral en la iglesia del centro "San Lorenzo" y también muchas de las personas que estuvieron presentes hace años en el encuentro de 1984. La jornada concluyó con una vigilia de oración y adoración de la Cruz y la catequesis "Rise up" (Levántate).
En la jornada del domingo 14 de abril, el centro San Lorenzo acogió la celebración de la Misa, a las 18:15, presidida por el Cardenal You Heung-sik, seguida de un momento de testimonios.
El Centro Internacional Juvenil San Lorenzo, inaugurado por San Juan Pablo II el 13 de marzo de 1983, es "el Centro del Papa para todos los jóvenes, lugar de acogida y oración, sede de la Cruz de los Jóvenes, punto de referencia para los jóvenes peregrinos en Roma, lugar de información y sede privilegiada para la preparación de las JMJ". Está bajo el patrocinio del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida y también está animado por los misioneros de la Comunidad Católica Shalom. Se encuentra en la via Padre Pancrazio Pfeiffer, 24, a pocos pasos de la Plaza de San Pedro, y acoge a jóvenes de diferentes nacionalidades e idiomas, que pueden participar en momentos de oración, compartir, testimonio y fiesta.
Fuente: Vatican News