En particular, la parte norte de Chennai sufrió la furia del ciclón Michaung, donde cinco importantes estructuras salesianas, incluyendo centros para jóvenes en riesgo, orfanatos, hogares de ancianos, escuelas y centros juveniles, quedaron sumergidas. La catástrofe requirió una acción rápida por parte del "Equipo de Emergencia Don Bosco", un grupo reunido por el Inspector y su Consejo, designado específicamente para intervenir en casos de emergencia.
Demostrando una gran solidaridad, este equipo de emergencia salvó a ciento cincuenta jóvenes y salesianos que quedaron atrapados por las aguas, trasladándolos a salvo a otros hogares salesianos, las comunidades salesianas "St Bede" y "SIGA", que los recibieron con los brazos abiertos. El equipo trabajó en condiciones difíciles y arriesgadas; y organizó la preparación y distribución de alimentos cocinados y agua potable para más de mil quinientas personas atrapadas por las inundaciones. La Oficina de Planificación y Desarrollo de la Inspectoría, "SURABI", asumió los esfuerzos más amplios de socorro y rehabilitación, ayudando a tres mil familias afectadas por la inundación.
"He sido testigo en persona del espíritu de sacrificio y valentía de los salesianos y jóvenes voluntarios que arriesgaron sus vidas para socorrer a las personas en crisis. Trabajaron día y noche para proporcionar alimentos en áreas rodeadas por aguas altas hasta el cuello. La resiliencia y generosidad de tantas personas en estas condiciones críticas han sido realmente sorprendentes", comentó el Padre John Alexander, el Vicario Inspectorial, que coordinó las actividades de emergencia y socorro en la Inspectoría.
Reconociendo también la extrema necesidad de asistencia médica, la Asociación de Exalumnos de la escuela "Don Bosco" de Egmore organizó clínicas médicas gratuitas en las áreas afectadas por la inundación en Vysarbadi, Basin Bridge, Parambur y Egmore. Estas clínicas proporcionaron visitas médicas generales, consultas y medicamentos básicos de forma gratuita, ofreciendo un salvavidas a aquellos que enfrentaban problemas de salud tras el desastre.
Después de evaluar los enormes daños y las dificultades de subsistencia de las familias pobres afectadas por la inundación, SURABI inició proyectos de reconstrucción y rehabilitación para ayudar a estas comunidades a reconstruirse. Las lluvias incesantes, que alcanzaron los 468 milímetros en treinta y cinco horas, marcaron la mayor precipitación en la historia de Chennai en los últimos cuarenta y siete años. Esto creó desafíos enormes para los esfuerzos de socorro del gobierno y otras organizaciones, similar a las dificultades enfrentadas durante las inundaciones de 2015, que causaron más de doscientas cincuenta víctimas.
Trágicamente, las inundaciones también provocaron la muerte de Santhosh Kumar, de diecinueve años, quien fue arrastrado por las corrientes inesperadas del río Coovam. El joven, que vivía en una casa salesiana y trabajaba en un laboratorio privado, se contó trágicamente entre las víctimas causadas por Michaung.
A pesar de las tristes circunstancias y los profundos desafíos planteados por Michaung, la respuesta de la comunidad salesiana ha sido un testimonio de la fuerza del espíritu humano y el compromiso de restaurar la esperanza ante la adversidad. El proceso de reconstrucción puede ser largo y difícil, pero gracias a organizaciones como SURABI y los esfuerzos dedicados de la comunidad salesiana, hay un frente unido y resiliente trabajando para restaurar la normalidad y reconstruir vidas en la resaca de esta calamidad natural.
