La situación a la que se enfrentan no es sencilla. En primer lugar, hay que diferenciar entre los niños de la calle, es decir, los que viven en las calles de Lagos, y los menores que se ven obligados a mendigar o robar durante el día, pero que tienen un hogar al que regresar cada noche. Estos dos fenómenos combinados generan un número muy elevado de menores obligados a la inseguridad, el robo, la delincuencia o el carterismo. Lo que genera esta triste realidad es la pobreza extrema, el abandono, los malos tratos y la violencia doméstica.
El Centro de Protección de Menores Bosco Home, gestionado por los Salesianos de la Inspectoría de África Nigeria y Níger (ANN), está situado en la zona de Onipetesi, en la ciudad de Lagos, y es una luz de esperanza para estos jóvenes que se enfrentan a situaciones de incertidumbre y desesperación.
El centro responde a las necesidades de estos jóvenes mediante un programa específico de rehabilitación que incluye alojamiento, manutención, educación, atención médica, ropa, sesiones de asesoramiento y psicoterapia, adquisición de competencias profesionales, contacto con la familia y reinserción.
En la actualidad, el hogar solo puede acoger a veinte niños, pero se está movilizando un nuevo proyecto para ponerlo en marcha y acoger a ochenta niñas y niños vulnerables. Además, está previsto crear un Centro de Formación Profesional que permitirá a muchos niños y jóvenes desfavorecidos adquirir las competencias necesarias para autoabastecerse.