El Inspector de los Salesianos de Lombardía y Emilia (ILE), padre Giuliano Giacomazzi, dio la bienvenida a todos los presentes: a Mons. Pierantonio Tremolada, obispo de Brescia, que desde el principio ha seguido y apoyado con vivo interés la Causa del padre Galli; al Rector Mayor, padre Ángel Fernández Artime, 10º Sucesor de Don Bosco, cuya presencia expresó el agradecimiento y el amor de toda la Congregación por el padre Galli y su testimonio como sacerdote salesiano.

El Inspector Giacomazzi gradeció también a la comunidad cristiana y civil de Chiari; a los familiares del padre Galli y a todos los que hicieron posible este evento gracias a su dedicación y competencia. Sin olvidar a los voluntarios del centro “Auxilium”, fundado por el padre Galli; a los miembros del tribunal diocesano; a los censores teológicos; a los miembros de la Comisión Histórica; al Postulador General para las Causas de los Santos de la Familia Salesiana, padre Pierluigi Cameroni, y a sus colaboradores, la Dra. Lodovica Zanet y el Dr. Mateo Peñati.

Precisamente el 12 de junio se cumplieron 10 años del nacimiento al cielo del padre Galli, pero su vida no terminó ese día del 2012: la cantidad de gracias relatadas y las personas que van a rezar a su tumba dicen que su historia continúa y que su fama de santidad y los signos aumentan con el tiempo.

En su homilía, Mons. Tremolada, inspirándose en la carta de San Pablo a los Romanos proclamada en la liturgia de la solemnidad de la Santísima Trinidad, destacó cómo el padre Galli fue un testigo de esperanza que, lleno del amor de Dios, supo dar consuelo y razones para recomenzar a muchas personas que, heridas en el alma y en el cuerpo, se dirigían a él.

En su discurso al final de la celebración, el Rector Mayor leyó el texto de una carta escrita por el padre Galli al Sr. Carlo Barzaghi, hermano coadjutor en 1976, una "perla preciosa", como la definió, que resume la vida y el testimonio del padre Galli y que representa "una verdadera herencia espiritual".

Entre otras cosas, el padre Galli escribió: "Tengo que agradecerte la ayuda que me has brindado el año pasado. Los pasos que diste para ir al almacén a buscar las cosas de los pobres, los pasos que diste para llevar el almuerzo escolar al prof. Gramática, los pasos que disteis por los pobres, Jesús los contó todos, porque considera que hacemos por Él lo que hacemos por el hermano marginado. Y trata de cultivar la pasión y la devoción por los pobres. No nos corresponde a nosotros juzgar si lo merecen o no; sabemos que Jesús se hizo samaritano de todos y se inclinó sobre nuestras heridas. 'Como yo lo hice, ustedes también', nos dijo. Y... 'Tuve hambre, y no me han..., Tuve sed, y no me han... Fui forastero... y no me han...'. Que esa condena nunca sea la nuestra, querido Carlo. Y sigue siendo como te has mostrado: primero los pobres, luego nosotros. El mejor plato de sopa a los pobres y luego a nosotros; servir primero a los pobres y luego a nosotros; porque vamos tras los pobres: y primero hay que servirle si Jesús está en Él. Que los pobres tengan la sensación de ser esperados, bien recibidos, amados... son Jesús”.

Todo el acto estuvo acompañado por el "Coro Piccola Accademia San Bernardino", dirigido por el Maestro Maurizio Ramera.

Si con el cierre de la investigación diocesana el epicentro de la Causa se traslada de la Diócesis de Brescia a Roma, esto no significa, que el padre Silvio "deje" Chiari: sigue siendo el lugar vivo donde hay que seguir "frecuentándolo"; dónde acercarse a muchas personas que aún no lo conocen; donde asumir ese dinamismo de oración y caridad que aún hoy enseña a todos.

Los lugares donde vivió y que el padre Silvio Galli amó, los lazos vivos que tejió, siguen siendo el tesoro precioso para conocerlo y hacerlo conocer, amarlo y hacerlo amar, caminar sobre su ejemplo, sentirlo y saber que está cerca.

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