De los intercambios surgió que el Sistema Preventivo y el Plan Educativo Pastoral Salesiano (PEPS) constituyen el modelo básico en la formación de las misiones en todas las etapas formativas, sin olvidar el "Marco de Referencia para la Pastoral Juvenil" y la importancia de la Comunidad Educativo-Pastoral (CEP).
Al mismo tiempo, se lamentó la tendencia a privilegiar el apostolado en la parroquia a expensas de un acompañamiento adecuado. Por lo tanto, se pidió a los Delegados de Pastoral Juvenil que participaran activamente en los Equipos de Formación para desarrollar una mentalidad de Formación Permanente.
Además, se subrayó la necesidad de una formación conjunta con los laicos, como insistentemente reclaman la Iglesia y la Congregación. Y para lograr este objetivo, se destacó que también es necesario un cambio de mentalidad.
El padre García Morcuende y el padre Coelho en sus intervenciones presentaron respectivamente el tema: “Formación y acompañamiento de la dimensión apostólica - Propuesta de un proyecto de elementos para considerar” desde el punto de vista de la Pastoral Juvenil y la Formación.
El padre García Morcuende concentró su reflexión en el “Marco de referencia de la pastoral juvenil”. Afirmó que relegar la dimensión pastoral a un segundo nivel es un grave error, ya que el hombre crece paulatinamente en todas las dimensiones; y recordó que la mediación pedagógica también es necesaria, porque si no hay un modelo pastoral de referencia, se acaba realizando una pastoral "rebajada".
Además, el Consejero General de Pastoral Juvenil señaló que hoy la cultura está cambiando y por eso los salesianos deben cambiar para acercar a los jóvenes al encuentro con Cristo. Luego afirmó que toda la CEP es responsable de la pastoral juvenil en la misión educativa, y que por lo tanto el PEPS no debe ser solo un documento, sino una mentalidad. Finalmente, concluyó invitando a los participantes a ayudar a los jóvenes a descubrir lo que significa ser salesianos a partir de las casas de formación.
El padre Coelho, por su parte, instó a los presentes a aprender de la experiencia, una experiencia que requiere una "escucha contemplativa", necesaria porque permite sentir la propia vida interior y así releer la propia vida pastoral y conocer las motivaciones de los jóvenes en formación. Al mismo tiempo, recomendó al formador, que logre leer los sentimientos de los jóvenes, iniciando por saber interpretar los propios sentimientos y emociones.
Al concluir destacó que la formación de los formadores debe basarse en "aprender a escuchar" porque "Dios nos ha dado una sola boca, pero dos oídos".
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