Por tanto, hay dos comunidades salesianas en Kabwe. La casa madre de “St. Mary” se encuentra en la antigua parroquia cedida por los jesuitas en 1987, que cuenta con unos 4.000 católicos. La otra comunidad de Makululu, en cambio, partió de la parroquia San Juan Bosco, fundada en 2015. Ambas comunidades son internacionales y multiculturales, alcanzando un total de unos 10.000 católicos y cientos de catecúmenos. Hay escuelas primarias, secundarias, Centros de Formación Profesional, Oratorios y Centros Juveniles, que acogen a miles de jóvenes. La Familia Salesiana lleva adelante además, una fase inicial de fundación y organización del primer centro de Salesianos Cooperadores y de Exalumnos.
Después de 9 años, el noviciado de la Visitaduría "Zambia-Malawi-Zimbabwe-Namibia" (ZMB) fue trasladado de nuevo a Kabwe en 2019. Actualmente el maestro de novicios, el padre Treshphord Chisanga, acompaña a 11 novicios de 5 países: Sudáfrica, Malawi, Zimbabwe, Namibia y Zambia. Entre las experiencias apostólicas de los novicios está también su presencia en el Oratorio y en la Casa “Ciloto”, que brinda atención especializada a los niños de la calle.
Muchos laicos, como compañeros de misión, están comprometidos en su papel de maestros, educadores, trabajadores sociales, catequistas o animadores, responsables de varios grupos de jóvenes. El “Sistema Preventivo” de Don Bosco se está volviendo cada vez más familiar para la comunidad católica local.
Cuando se estableció la diócesis de Kabwe en 2011, su primer obispo fue un salesiano de Don Bosco, Mons. Clement Mulenga, que además fue el primer obispo salesiano de Zambia. Su diócesis cubre hoy un vasto territorio de 63.000 kilómetros cuadrados, con 31 parroquias, 18 sacerdotes diocesanos, 33 religiosos y 25 seminaristas mayores. Como en el resto del continente africano, la expresión clave es "autosostenibilidad de la misión". Incluso el complejo residencial del obispo, de hecho, parece un jardín inspirado en la encíclica Laudato Si ', con numerosos animales y un gran espacio verde.
La reciente Casa de la Esperanza, “Ciloto”, para los jóvenes de la calle es de gran importancia. A los niños que acuden a ella (actualmente son unos 90) se les ofrece educación, pero también cobijo, espíritu familiar y la posibilidad de transformar sus vidas. Además, se están construyendo nuevas estructuras educativas en el enorme terreno que es propiedad de los salesianos.
Por tanto, el sueño de Don Bosco en esta parte de Zambia continúa. Oremos para que cada vez más jóvenes descubran y sigan a Don Bosco, para vivir plenamente para Dios y para otros jóvenes necesitados.
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