El señor Gniazdowski se ocupa desde siempre de la educación de los jóvenes, antes en la escuela técnica, ahora en en centro juvenil. A la revista Misje Salezjanskie le ha explicado la misión en la ciudad de Darkhan, donde fue asignado. Su testimonio en mérito a la parroquia de María Auxiliadora llega derecho al corazón: “Esta es la única parroquia católica del país – explica Krzysztof – y los 250 católicos que acoge son todos de Mongolia. En la capital, en cambio, podemos encontrar también a coreanos, filipinos y personas de otras nacionalidades. Las personas se encuentran bien estando con nosotros en el ambiente salesiano. La mayor parte de los parroquianos son ancianos, además de algunos jóvenes y niños. Es raro encontrar una familia completa que frecuente la parroquia del país”.
El artículo ilustra con fotos a colores el hermoso paisaje mongol, las tradiciones culturales y religiosas. En Mongolia la mayor parte de las personas tiene un credo chamánico y menos del 0,3% declara su pertenencia a la fe católica.
El señor Krzysztof ofrece además una panorámica sobre el estilo de vida de los mongoles, sobre las gastronomía tradicional, el trabajo y una serie de detalles humanos que caracterizan a esta población. La larga descripción concluye con una reflexión sobre la pobreza.
“Algunas familias en Mongolia viven en condiciones de extrema pobreza - escribe el salesiano coadjutor- incluso en basureros de la periferia y su sustento depende enteramente del reciclado de los desechos. Un día estaba por tirar a la basura mis zapatos ya gastados, cuando se me acercó un joven y me pidió si podía tenerlas. En este mismo día lo vi jugar feliz en el oratorio, con mis zapatos viejos. Mi pensamiento fue simple: yo he hecho voto de pobreza, ¡pero estos jóvenes la están viviendo! La simplicidad y la humildad de los mongoles me llegaron al corazón. Estoy aprendiendo mucho de los jóvenes mongoles y de sus familias. Sí, ellos son felices de vivir y trabajar en Mongolia.