Los muchachos de la “Casa Magone”, como se llama el centro, no pueden salir a ayudar a los demás, porque son jóvenes con antecedentes penales, a los que los Salesianos acompañan en su camino de recuperación. Pero su servicio sigue siendo precioso. En este momento están haciendo protección facial para los médicos, enfermeras, policías, para todos los que están en primera línea en la lucha contra el contagio.
Los muchachos comparten la alegría que experimentan al saber que son útiles para los demás. Están felices de saber que están ayudando a los médicos, enfermeras y especialmente a los policías. Porque recuerdan cuando la policía intentaba atraparlos por sus fechorías, y ahora son ellos los que se han ofrecido a ayudarlos. Un chico testificó que ve este gesto como el comienzo de un cambio en su vida.
Los jóvenes disfrutan trabajando. Incluso si han interrumpido sus actividades normales y solo se centran en la fabricación de visores, entienden perfectamente que aprenderán más de esta experiencia. Cuando se enteraron de que muchos médicos se enfermaron y murieron, se decidieron a ayudar. Saben que lo que están haciendo protegerá la vida de muchos médicos y enfermeras.
La Sra. Balet Artes, trabajadora social, confirma: “Cuando hablan con sus padres, se alegran de hacerles saber cómo ayudan a los que están en el frente. Esto tiene un gran impacto en ellos. Aunque sigan siendo jóvenes con antecedentes penales, los hace conscientes de su gravedad y los muestra a la comunidad como personas que pueden hacer algo bueno por los otros”.
El Sr. Louie Domasian, SDB, Director de Casa Magone, por su parte, añade: “En medio de las preocupaciones y temores que tienen sobre esta pandemia y las consecuencias que podría tener para ellos y sus familias, están felices y orgullosos de tener la oportunidad de hacer algo útil y bueno mientras permanecen en el centro”.
Este espíritu de unidad y servicio alcanzó su punto culminante el pasado Viernes Santo, cuando durante el Vía Crucis, dentro del complejo salesiano de “Liloan”, y junto con otros salesianos, ofrecieron sus oraciones y preocupaciones por sus familias que sufren por la cuarentena y por los trabajadores de la salud y la policía.
El espíritu de Don Bosco sigue presente en los corazones de sus hijos.
Fuente: AustraLasia