Desde 2005, los Salesianos de Don Bosco viven en Kampala para trabajar en el proyecto educativo “Children and Life Mission” (CALM) de Kampala, fundado en 1998 por dos misioneros combonianos y un jesuita. Los Salesianos heredaron este proyecto adaptándolo a su carisma y a su sistema educativo. En la actualidad, este centro cuenta con 165 jóvenes y muchachos. El objetivo del proyecto era sacar a los muchachos de las calles y llevarlos a un hogar y ofrecerles educación escolar básica. Entre los jóvenes que vienen de la calle, hay un buen número que son seropositivos o que tienen enfermedades bastante graves. CALM les proporciona la atención adecuada, por lo que es imposible distinguir entre los muchachos seronegativos y los que tienen el VIH. Una vez instalados en la casa salesiana, los muchachos de la calle reciben una sólida educación primaria que les permite cursar estudios secundarios o técnicos.
Muchos muchachos de estos hogares viven en una situación de ruptura familiar. Los Salesianos intentan restablecer los lazos parentales integrándolos progresivamente a sus respectivas familias. Fueron estos muchachos de la calle los que entregaron al Rector Mayor un sobre con 100 dólares para los más pobres del mundo.
Campo de refugiados de Palabek
Los salesianos de Don Bosco llegan a este campo de refugiados después del 31 de enero de 2018. La guerra civil que estalló en el Sudán del Sur en diciembre de 2013 y el aumento de la inseguridad desde julio de 2016, empujaron a un número sin precedentes de personas a huir a Uganda y a los países vecinos en busca de un lugar seguro. La gran mayoría de los muchachos refugiados en el Sudán del Sur no asisten a la escuela, sino que están hacinados en zonas superpobladas con acceso limitado a los servicios de educación básica.
Existe un peligro real. Toda esta generación de muchachos refugiados puede perder su futuro debido a la falta de educación. Para cuidar de esta juventud abandonada, los Salesianos de Don Bosco de la Inspectoría de África Grandes Lagos (GLA) se han instalado en el campo de refugiados de Palabek, con el fin de aliviar, hasta cierto punto, la agonía deshumanizadora a la que se enfrentan los refugiados, especialmente los jóvenes y las mujeres. Según varias estadísticas, el campamento de Palabek acoge a 36.780 refugiados, de los cuales el 65,8% son menores de 18 años.
En las cercanías del campamento hay un número limitado de escuelas de formación profesional. Según el jefe de educación del distrito de Lamwo (donde se encuentra el campamento de Palabek), solo existían dos escuelas de formación profesional en el distrito: Action Faith International y el Instituto de Formación Profesional Daniel Comboni, situado lejos del campamento.
Esta situación fue la base de una encomiable iniciativa de los salesianos: el 31 de enero de 2019 se abrió una escuela de formación profesional en el mismo campo de Palabek. La iniciativa fue bien recibida no solo por los refugiados del campamento, sino también por la iglesia local y las autoridades políticas.
Para retomar sobre los $125 que se refirió el Rector Mayor. Los $25 fueron donados por estos refugiados, que no tienen nada, pero han podido superarse a sí mismos para ayudar a los que más sufren del planeta.
El Rector Mayor nos animó a narrar el bien que hacemos y “pedimos a los Salesianos y a toda la Familia Salesiana del mundo que den a conocer el bien que se hace en todas partes. Debemos hacer visible el bien que se está haciendo porque el mal y el egoísmo hacen su propia publicidad con medios poderosos y solo con los interés de algunos”.
https://www.infoans.org/es/secciones/especiales/item/7459-uganda-los-protagonistas-de-los-125-dolares-del-padre-angel-fernandez-artime#sigProId7cf2c97291