Huérfano de padre a los 4 años, su madre para hacerlo estudiar lo envió al orfanato de las monjas. Conoce a los salesianos en la ciudad de Ferrara, donde frecuenta la escuela. En el aspirantado de San Bernardino, en Chiari (BS), inicia su itinerario de formación salesiana, que lo lleva a Roma para estudiar en el Ateneo Salesiano durante los años del Concilio Vaticano II.
“Poco a poco va madurando mi vocación misionera -dice-. En el 3er año de estudios en Roma, el domingo voy a una parroquia de las afueras junto con un sacerdote salesiano que ya hizo su tirocinio en África Central: me ‘contagia’ un poco de su ‘mal de África’. El impulso definitivo me viene de Pablo VI: cuando canoniza a los mártires de Uganda, el 18 de octubre de 1964. Yo estaba presente en San Pedro y lo escucho mientras dice que África abre las puertas a Cristo y hace un llamado a la vocación misionera. Unos días después escribo la solicitud para partir hacia el Congo”.
Llega al país el 21 de septiembre de 1966, regresa a Italia para completar los estudios teológicos, pero pide no ser ordenado sacerdote de inmediato. “Sabía que habría vuelto a África; después de tantos años vividos en una casa de formación, quería prepararme para la ordenación en una casa de vida activa ‘normal’, en contacto con la gente congoleña que, en mi opinión, tenían que participar para ‘llamarme’ al sacerdocio”.
Luego regresa a las tierras congoleñas, trabaja y es ordenado sacerdote. Pasa prácticamente toda su vida salesiana entre Lubumbashi, Goma y, desde 2015 en Bukavu, donde se convierte en el Director de la comunidad. “Hemos abierto una escuela de formación profesional para jóvenes en situación de calle, con un taller de mecánica de automóviles, herrajes y soldadura, carpintería y albañilería”.
Junto a la obra pronto se construyó también un oratorio, abierto todos los días para los jóvenes de la zona. Y gracias a la disponibilidad del Arzobispo de Bukavu, en las puertas de la ciudad ahora se encuentra activo también proyecto a favor de los jóvenes en situación de riesgo.
Las actividades del padre Gavioli y sus hermanos en Bukavu son un testimonio eficaz para muchos. El misionero salesiano concluye: “La presencia de los salesianos atrajo a varios jóvenes que expresaron su deseo de convertirse en salesianos. Y algunos adultos también se prepararon para la promesa de los Salesianos Cooperadores ”.
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