El moderador, el P. Kuruvachira José, inspector de Dimapur, dirigió la asamblea en dos sesiones matinales, dedicadas enteramente a 15 propuestas que la Comisión Jurídica presentó a los Capitulares el lunes 2 de marzo por la tarde.
Durante la sesión Capitular, se presentaron numerosas intervenciones en el aula, y quienes por razones de tiempo no pudieron expresarse en público tuvieron la oportunidad de enviar sus contribuciones por escrito. Esta sesión ofrece una idea de lo intensa que fue la participación en la Asamblea.
Entre los argumentos profundizados, sobre los que muchos Capitulares se han expresado; se trató el tema del Dicasterio de la Comunicación Social para los próximos años a nivel central de la Congregación. Las opiniones fueron diversas sobre el modo más adecuado de dar el justo peso y una mayor eficacia a la animación de esta área tan importante. Los Capitulares consideran la Comunicación como un tema fundamental para la misión salesiana al servicio de los jóvenes que se encuentran en todos los continentes como una sola realidad e inmersos en el mundo digital, que es el hábitat natural y constante.
Asimismo, muchas intervenciones se centraron en cómo la Congregación Salesiana a nivel central se relaciona con la Familia Salesiana y anima y forma a los hermanos para que puedan pertenecer a ella según lo que piden la Constituciones Salesianas (art. 5), con propuestas orientadas a la constitución de un Dicasterio especial y otras para continuar la experiencia ya en marcha de Secretariado, aportando nuevos elementos para una mayor eficacia en la animación.
Una tercera área que atrajo mucha atención fue una serie de propuestas relativas a los servicios de los miembros del Consejo General, en particular sobre los consejeros de cada sector y los regionales, así como las modalidades que debían seguirse para las elecciones del Rector Mayor, su Vicario y los demás miembros del Consejo. Las opiniones que surgieron y que se ofrecieron a la Comisión Jurídica en respuesta a lo que la propia comisión ya había elaborado, teniendo en cuenta los aportes de los Capítulos Inspectoriales, del Consejo General y de los hermanos a nivel individual por un lado; pusieron de relieve el hecho de que un máximo de dos mandatos ya ofrecía lo mejor de sí mismo y, por tanto, se debía dar a otros la posibilidad de hacer lo mismo; por otro lado, otros Capitulares insistieron en la importancia de no impedir la libertad de elección de la asamblea capitular, delimitándola excesivamente con tiempos o condiciones.
En general, la diversidad de opiniones ha puesto de manifiesto la riqueza de las experiencias y la sensibilidad que nos concentra en un evento como el Capítulo General. También se percibe que día tras día la asamblea, como si se tratara de un solo cuerpo, se hace cada vez más consciente de la gran responsabilidad que se le ha confiado y, de diversas maneras, la asume cada vez más como protagonista del viaje del CG28.