El salesiano coadjutor, de hecho sigue asistiendo a más de 300 alumnos del centro y dando lecciones de dibujo técnico y sobre todo es el primer animador de la pastoral vocacional. El grupo vocacional del "Don Bosco Mati" se reúne cada día al menos para un momento de fraternidad, oración o simple acompañamiento.
Muchos miembros de la Familia Salesiana están impresionados por su pasión y empeño en la Pastoral Vocacional. ¿Qué es lo que le motiva?
Desde que soy salesiano en 1960, siempre tuve interés de buscar otros jóvenes con la intención de que sean salesianos para servir al Señor. Y tal deseo creció aún más cuando me designaron como formador en el Aspirantado para los salesianos coadjutores de Cebú. En los seis años que estuve vi pasar a muchos jóvenes, provenientes de Victorias, Cebú y Manila, con picos de 70 aspirantes. ¡Amo profundamente este empeño vocacional!
¿De qué manera atrae y acompaña a los alumnos del DB Mati en su camino vocacional?
En primer lugar es necesario ser un buen salesiano, dando el buen ejemplo como religioso consagrado e hijo espiritual de Don Bosco, alguien que sea gentil, amoroso y generoso.
En segundo lugar hablo con ellos, conozco a sus familias y su interés por la espiritualidad y soy coherente y asiduo en el estar frecuentemente junto a ellos, ayudándolos y guiándolos.
¿Qué nos puede compartir sobre su contribución personal y comunitario a la pastoral vocacional?
Quisiera solamente que todos los salesianos, jóvenes y ancianos, estuvieran siempre con los jóvenes confiados a nuestro cuidado. Estar siempre con ellos. Si queremos tener más vocaciones para los salesianos, entonces estemos 24 horas por día a su servicio, porque nos necesitan. Le agradezco a mi comunidad salesiana y a Mati por haber sostenido todas mis actividades en este sector.
Y termino: estoy feliz de ser un salesiano coadjutor, porque mi ha sido dada la oportunidad de ser asignado al oratorio, la primera obra de Don Bosco, al servicio de los muchachos pobres; y además he enseñado educación física en la escuela primaria, estuve en los internados, en los orfanatos, en las casas para jóvenes abandonados, como también en los centros para los retiros espirituales. En fin, fue en el Centro de formación donde encontré la felicidad enseñando durante muchos años y donde descubrí muchas vocaciones.
Fonte: AustraLasia