Antes de partir ¿cómo era tu fe y cuál fue tu itinerario 'salesiano'?
En Sunbory pude conocer las enseñanzas de la vida de Don Bosco y lo que es la "salesianidad", a través de varios campos juveniles y gracias a las relaciones familiares.
¿Cómo has conocido el "Proyecto Cagliero"?
Antes de que yo lo hiciera, lo realizaron mi hermana, en Samoa, y mi hermano. Al verlos a ellos así como las cosas maravillosas que habían realizado, nació en mi el deseo de hacer lo mismo. Desde aquel momento en adelante no fue una cuestión de "quizás", pero de "cuándo".
Como fue la formación antes de que llegaras a Timor Oriental?
La formación tuvo horizontes amplios y me enseñó cosas que estando solo nunca abría aprendido bien, por ejemplo entender cómo yo mismo me relaciono en determinadas situaciones.
Mis primeras semanas en Los Palos fueron grandiosas. Me sentí inmediatamente como en mi casa y pude iniciar enseguida a enseñar. Además entendí rapidísimo que aquí podría vivir bien: la comida es rica, el tiempo es lindo, se hace deporte todos los días y sobre todo, la comunidad de la gente de Los Palos es muy amable conmigo.
¿Como es tu jornada tipo?
Inicia con la misa, sigue el desayuno, trabajo en el jardín y después acompaño a uno de los jóvenes al nido o escuela maternal. Al regreso generalmente me divierto un poco estando junto a los pequeños del orfanato, o ayudo a los pre-novicios, o hago alguna lección de inglés. Después ayudo para el almuerzo y apenas inicia la tarde de los martes y jueves doy lecciones a los huéspedes del orfanato. Después trabajo en el jardín y a continuación hacemos deporte todos juntos. Ayudo también para la comida o la cena, y si tengo un poco de tiempo le doy una mano a los jóvenes en sus estudios. Por la noche acabo conversando un poco con los pre-novicios, de manera que puedan practicar su inglés.
¿Qué has aprendido de los jóvenes de Timor Oriental?
Me estoy divirtiendo muchísimo y estoy aprendiendo tanto de la vida de estos jóvenes que poseen realmente pocas cosas. Muchas veces nosotros los jóvenes en vez de dejarnos tomar por los problemas del mundo, nos concentramos en nosotros mismos. Ahora mi mentalidad ha cambiado. Estos jóvenes me han enseñado mucho y me recuerdan las cosas que nos hacen realmente felices. Yo en cambio, cada tanto les enseño algo.