El uso del término “lugares de oración” es deliberado, porque no se trata de construir grandes iglesias o incluso simples capillas. “No sabemos cuánto tiempo permanecerán los refugiados en los campos. Por lo tanto, todo lo que planeamos construir son simples refugios: un techo a prueba de lluvia y sostenido por pilares, donde los fieles puedan reunirse para la Misa y para las oraciones, protegidos del sol y de la lluvia. Ni siquiera las paredes están realmente cubiertas”, explica el P. George Menamparampil, del Dicasterio de Misiones.
Estos refugios servirán como “lugares de oración”, pero también para reuniones comunitarias, reuniones de grupos y organizaciones que trabajan juntos para el bienestar de las comunidades, y también como espacios donde los niños pueden reunirse para jugar o para estudiar.
Se estima que una estructura sencilla de este tipo puede recibir apoyo financiero a un costo de entre 5.000 y 10.000 dólares.
Los Salesianos de Don Bosco en Vietnam han decidido utilizar este proyecto para animar a todas sus comunidades y parroquias a cultivar un fuerte espíritu misionero. Alentaron a todos a dar gracias a Dios, en primer lugar, por todo lo que recibieron en sus vidas y a dar parte de su contribución a los refugiados. Invitaron a las personas y a las familias a hacer pequeños sacrificios y a traer ofrendas simbólicas en efectivo, a comprar uno o más ladrillos o una lámina para el techo...
Todas las comunidades salesianas de la Inspectoría del Vietnam y todas las parroquias salesianas se han visto comprometidas. La cosecha total fue de 6.000 dólares. Una suma que ayer mismo, jueves 12 de septiembre, fue entregada al P. Menamparampil, responsable de la misión salesiana en Palabek.
El Vietnam salesiano ya es muy apreciado en la Congregación por el gran número de Salesianos de Don Bosco que se ofrecen como misioneros en diversas partes del mundo. El número de misioneros en el mundo es de 100 salesianos vietnamitas en el mundo.
La Inspectoría Vietnamita ha dado otro paso importante de entrega y docaonion con sus misioneros, pero no solo han hecho eso; sino que ha recaudado fondos y han entregado una donación para “un lugar de oración” entre los refugiados del campo de Palabek, Uganda.
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