El Boletín Salesiano se distingue entre las grandes obras vinculadas a Don Bosco en el campo de la buena prensa porque continúa hasta hoy con su misión y es una revista publicada en 132 países del mundo. Don Bosco quiso que, a través de sus páginas, se difundiera todo el bien que los salesianos hacían en las naciones a las que habían ido como misioneros.
Hoy nuestro gran reto es hacer del Boletín Salesiano un vehículo de comunicación con el lenguaje digital. En este sentido, el Boletín Salesiano inauguró a principios de este mes su nuevo portal, al que ahora se puede acceder también a través de las diferentes plataformas digitales. Se ha hecho una gran inversión para que esto ocurra. Y sería, - en opinión del Rector Mayor -, un gran error si no lo hiciéramos.
Ciertamente, el trabajo de actualización continuará, porque debemos estar siempre “con Don Bosco y con los tiempos”. El Rector Mayor, dice que debemos estar abiertos a “los medios y a las tecnologías que nos ofrecen”. Nos abrimos a este mundo que cambia vertiginosamente, para que seamos capaces, como Don Bosco, de hacer transmitir y comunicar el bien.
En agosto se conmemora el nacimiento de estos dos grandes santos: Don Bosco el 16 y San Francisco de Sales el 21. Pocos siglos los separan, pero el mismo ideal los une: el amor de Dios y la difusión del Reino de Dios y de sus valores a través de la prensa. Fueron también grandes educadores de su pueblo y, en el caso de Don Bosco, especialmente de los jóvenes. Sabían leer los signos de los tiempos y los vivieron con gran valentía, determinación, sacrificio y esperanza. Don Bosco decía que “la educación es obra del corazón”. Y para Francisco de Sales, es “hablar de corazón a corazón”.
En su tiempo Don Bosco siempre publicaba en el Boletín Salesiano las historias de los misioneros. Y hoy continuamos este trabajo, implicando a los jóvenes y adolescentes para que perciban que pueden contribuir a llevar a muchas personas que sufren en nuestro país, en las afueras y en los pueblos, el amor de Dios que beben de la Espiritualidad Salesiana.
Por el P. Tarcizio Paulo Odelli, SDB