El cardenal John Ribat, arzobispo de Port Moresby, presidió la celebración eucarística. Concelebraron Mons. Pedro Baquero, salesiano y obispo de Kerema, don Alfred Maravilla, superior de la visitaduría “Papua Nuova Guinea-Islas Salomón”, don Ivo Coelho, consejero general para la Formación; don Jacek Pinocy, secretario del nuncio apostólico de Papua Nueva Guinea e Islas Salomón y otros siete sacerdotes.
La celebración eucarística que contó con la participación de miles de personas fue enriquecida también por danzas culturales de las diversas comunidades. Los jóvenes de Sabama y otros miembros de la parroquia han guiado la liturgia y el coro.
En su homilía, el cardenal Ribat puso en evidencia las virtudes de Nuestra Bienaventurada Madre e invitó a todos a seguir su ejemplo e imitarla. Después rezó pidiéndole que bendiga a todos los parroquianos de manera que ellos mismos puedan ser siempre un faro de luz para los habitantes de los distritos. Y para que la comunidad se vea libre de eventuales vicios y debilidades.
A continuación fue el momento de la fiesta. Los diversos grupos presentes en la celebración han involucrado a los salesianos con las "bilas", decoraciones típicas de Papua Nueva Guinea, que consisten principalmente en pinturas para el cuerpo, plumas, almejas y accesorios realizados con materiales naturales que se encuentran en los bosques y en los pantanos. Fue un momento único, en el cual los diversos grupos han querido mostrar gratitud a los salesianos por sus continuos esfuerzos para integrarse con la vida y la cultura de la población local.
En su discurso, don Ángel Sánchez, párroco ad interim, habló de la situación actual y de la historia de la parroquia en los últimos 25 años. Ha agradecido a los ex párrocos, a los presentes y a todos los responsables de la celebración. Por su parte todos los parroquianos afirmaron su voluntad de responder siempre a la llamada de Dios, a crecer, servir y ser renovados en su fe.