Así magia del teatro fue mostrada durante este decenio en el escenario, en todo su esplendor, con la presencia de huéspedes como las actrices Carmen Gutiérrez, Ana Turpin, Alejandra Torray y Virginia Sofía, que conversaron con los jóvenes aspirantes profesionales del mundo del teatro y también deleitaron interpretando pequeñas joyas en algunos espectáculos.
Además de los escritores y periodistas que subieron al palco: Begoña Pro, Estela Chocarro, Belén Galindo, Sonsoles Echavarren, José Ignacio Roldán, Amaia Mandinabeitia e Óscar Azparren, que en las pausas de las pruebas conversaron sobre su profesión, respondiendo a las preguntas de los jóvenes actores.
No faltaron las voces de Marta Robles, Julia Varela e Alberto Vázquez, que dieron su voz a poesías durante algunos Musical, mientras que del mundo de la política estuvieron presente en las colaboraciones de Carmen Alba o Elma Saíz, ex delegados del Gobierno de Navarra.
Los Musical come “La Bella y la Bestia”, “Mamma mia”, “Oliver Twist”, “Los Miserables”, “West Side Story” o “Musical Don Bosco”, contaron con la participación de los miembros de la comunidad educativa.
Las representaciones de “Hamlet”, “El avaro”, “La casa de Bernarda Alba”, “El invento de Hugo”, “Jaque a la Dama”, “Veronica Hansen”, “La taberna del siciliano”, “El médico a palos” y otros clásicos similares fueron representados por el Grupo de los Mayores, nacido para hospedar a aquellos jóvenes que querían hacer teatro.
Como instrumento de pedagogía, en estos diez años el teatro ha operado en tantos muchachos y muchachas milagros educativos, con cantidad de jóvenes que se sintieron acogidos, valorizados y que lograron superar sus miedos. Una obra educacional con estilo salesiano que ha dado siempre los frutos esperados.
Desde las primeras representaciones, los salesianos de Pamplona han intentado transmitir valores que llegaran al corazón de los jóvenes y de los adultos que estuvieron en el escenario.
Este año la comunidad de Pamplona se ha también despedido de su amado teatro, que fue una casa para tantos jóvenes durante un decenio. De hecho a partir del próximo año, será adoptado el de Sarriguren. Cambia así el edificio pero el espíritu queda siempre el mismo: el teatro como instrumento pedagógico para el bien de los jóvenes y de su educación integral, tal como quería Don Bosco.