En mayo la Familia Salesiana vive una devoción tradicional, original de los tiempos de Don Bosco, que es la memoria de María invocada con el título de "Auxilio de los cristianos". En medio de tantas dificultades y desafíos, de mucha violencia y de guerras que marcan la historia de la humanidad, los cristianos han experimentado y siguen dando testimonio de la ayuda concreta de María en su vida cotidiana.
En nuestro trabajo de evangelización y promoción humana, María brilla como estrella y modelo de caridad pastoral.
La invocación original con el título latino "Auxilium Christianorum" está ligada al gran Papa San Pío V (1566-1572), que confió a María el destino del cristianismo. Además, María Auxiliadora fue invocada de nuevo en 1683, durante el pontificado de Inocencio XI, cuando los ejércitos turcos que llegaron a las puertas de Viena fueron derrotados por las fuerzas europeas, que tenían un ejército con solo la mitad de los soldados otomanos, pero confiaban en María.
Finalmente, la fiesta de María Auxiliadora fue instituida por el Papa Pío VII el 24 de mayo de 1815 como signo de gratitud a la Virgen, después de que el Pontífice, encarcelado por el Napoleón Bonaparte, obtuviera su anhelada libertad.
Don Bosco, por su parte, puso desde el principio de su obra bajo la protección de María Auxiliadora. La Virgen le indicó su campo de acción entre los jóvenes y lo guió y apoyó constantemente. La primera representación de María que Don Bosco colocó en la capilla de Pinardi (la primera capilla del Oratorio de Valdocco en Turín) fue la de Nuestra Señora de la Consolata; y durante las fiestas los muchachos llevaban la estatua en procesión.
En 1862, Don Bosco confió a Juan Cagliero: “María quiere que la veneremos bajo el título de María Auxiliadora. Los tiempos son tristes y necesitamos que la Santísima Virgen nos ayude a defender la fe cristiana. Construiremos una iglesia grande y digna de la Virgen”.
Sin recursos, pero convencido de que "es María la que quiere la Iglesia y encontrará la manera de pagarse sola”, en efecto; Don Bosco se propuso construirla. El 9 de junio de 1868, la nueva iglesia fue consagrada y hoy es la gran Basílica de Nuestra Madre María Auxiliadora.
Quienes visitan la Basílica de Turín tienen la oportunidad de ver el gran cuadro concebido por Don Bosco. La imagen de la Auxiliadora es diferente a la de Europa hasta ese momento y que, en cierto modo, contenía una idea "negativa" de defensa frente a las amenazas que se produjeron a la Iglesia y al papado. Para Don Bosco, María no era la guerrera armada, dispuesta a matar a sus enemigos, ni la reina de la frialdad, bien vestida. Don Bosco desarrolló una idea “positiva”. Los brazos de María y de su Hijo Jesús están abiertos y extendidos, su rostro sereno la transforma en una Reina amigable, maternalmente presente y afectuosa.