Este mensaje de la Presidencia del Consejo Episcopal (CEV), al que pertenece Mons. Raúl Biord, sdb, nos recuerda lo que manifestó hace pocas semanas: “Duele ver la imagen terrible de una madre que lleva a la morgue el cadáver de su hija en brazos, fallecida durante los cortes de luz. Duele ver enterrar decenas de niños que no tuvieron medicina o electricidad para salvarse. Duele ver el escenario de miles de venezolanos que deben recorrer miles de kilómetros en busca de un futuro”.
"Más que la falta de electricidad, la limitación al acceso del agua es lo que puede convertir esto en una catástrofe sanitaria en breve", ha declarado contundentemente la Sra. Susana Raffalli, consultora de la Fundación Cáritas.
En el comunicado de los Obispos: “Tengo sed”, los prelados expresaron su preocupación por el pueblo venezolano y manifestaron la necesidad de reafirmar la dignidad de la persona humana y sus derechos inalienables; denuncian los delitos de lesa humanidad, y llaman a la conversión en este tiempo de Cuaresma.
La preocupación de la Iglesia en este momento fundamentalmente es “reafirmar la dignidad y centralidad de la persona humana”. Asimismo, lamentan los delitos de lesa humanidad que ocurren en el país “bajo la mirada complaciente de las autoridades” y de la Fuerza Armada Nacional, que no tiene en cuenta lo que enseña la Constitución.
Entre los crímenes, los obispos mencionan “la deportación forzosa de colombianos y venezolanos, sin los procedimientos de ley”, “la encarcelación u otra privación grave de la libertad física”, “la tortura que se realiza en contra de detenidos por motivos políticos”, la “privación del acceso a alimentos y medicinas” y “la desaparición forzada de personas”.
En su mensaje los obispos también expresaron su “profunda preocupación” por “los recurrentes ‘apagones’ a nivel nacional que, entre otras cosas, agudiza aún más la crisis de suministro y conservación de los alimentos y medicinas”.
La CEV afirma estar unida al “clamor del pueblo” y ante “la ingobernabilidad existente que tiene su raíz en la ilegitimidad del régimen. Es necesario reconocer la legitimidad jurídica y moral de la Asamblea Nacional para emprender caminos de entendimiento y solución”.